Hay pocas cosas menos valiosas que pasar tiempo con gente sin norte, sin metas, ni propósito. ¿De qué podemos conversar con gente así? ¿Del clima, de política y las futuras elecciones, de los vecinos y las peleas que hemos escuchado?

Las conversaciones positivas e interesantes ocurren con gente con metas, con proyectos y con propósito; tienen sentido y son claramente distintas a las primeras. ¿Cuándo tenemos conversaciones de este tipo? Cuando no esperamos que simplemente aparezcan, sino que las buscamos, las provocamos.

Si prestamos atención consciente a la conversación que estamos teniendo con alguien, y ésta no nos satisface, podemos encauzarla hacia donde deseamos. Podemos comenzar a preguntar, con la intención de conocer más sobre esa persona, de dónde proviene, qué experiencias marcaron su vida, etc.

Todos podemos convertirnos en buenos entrevistadores. ¿Qué tal si la probamos, solo por un día? ¿Alguna vez te ha sucedido que una conversación aparentemente intrascendente se convirtió en una charla muy interesante? ¿Cómo lo lograste?