En la hacienda El Tejar se pone especial cuidado en la preparación de quesos frescos. Luego se realizarán maduros. Foto: cortesía El Tejar

En la hacienda El Tejar se pone especial cuidado en la preparación de quesos frescos. Luego se realizarán maduros. Foto: cortesía El Tejar

La pandemia impulsó a innovar en el sector lácteo

6 de enero de 2021 11:49

Transformar el producto final de una hacienda lechera fue lo que logró Rodrigo Borja en El Tejar, ubicada en el cantón Alausí (Chimborazo).

En 2011 regresó al país tras estudiar en el Zamorano y comenzó a administrar la propiedad familiar. En esa época, la producción del lugar se centraba en alimentos andinos que, con el paso de los años, iban perdiendo rentabilidad.

Esto empujó a Borja a dedicarse a la ganadería lechera. Para 2009 contaba con 15 vacas, que producían al día, cada una, entre ocho y 10 litros de leche.

Ese producto lo entregaba a centros de acopio y queseras, para su posterior pasteurización e industrialización. Sin embargo, con la llegada de la pandemia dejó de recibir la leche y no tenía dónde colocarla diariamente.

“La cadena productiva se interrumpió. Era irracional botar el producto. Por ello tuve que vender directamente a compradores en la zona e incluso tuve que regalar”, comenta Borja.
Pero eso no bastaba. Así que la mejor idea fue poner en marcha un proyecto en el que ya se habían realizado algunos ensayos: manjar hecho con higos de esa zona.

Con una inversión de unos USD 12 000 en la planta y 5 000 en maquinaria abrió la procesadora de derivados lácteos, que se encuentra dentro de la hacienda.

La iniciativa tiene su origen en el consumo, en Alausí, de higos rellenos con manjar; Borja busca que esa tradición no se pierda.

Carolina Bayas, quien vive en la zona, provee al ganadero de la fruta desde hace año y medio, cuando empezó los ensayos y luego con la producción oficial.

“Yo hago higos en almíbar y entrego eso. Tengo muchos árboles y como había mucho producto solíamos regalar. Pero luego comencé a hacer el dulce y a comercializar. A Rodrigo le vendo unos 50 kilos cada 15 días”, comenta.

Destaca el espíritu emprendedor de este empresario; cree que el sabor del manjar es rico y artesanal. Para esta proveedora, en la calidad del lácteo contribuye el tipo de insumos con que se prepara.

Rodrigo Borja es el empresario que desarrolló el manjar de marca Higole. Se vende en tres ciudades del país.

Rodrigo Borja es el empresario que desarrolló el manjar de marca Higole. Se vende en tres ciudades del país.

La leche del manjar tiene certificación orgánica, lo que aporta valor agregado a este y otros lácteos que se producen en el lugar. En El Tejar también se comenzó a elaborar quesos mozarela y, próximamente, Borja prevé contar con una cava de quesos maduros.

Previo a la pandemia la hacienda producía unos 300 litros diarios y ahora, 400. El Tejar cuenta actualmente con un ato de 80 animales (30 en producción).

Los derivados de este insumo se venden en Riobamba, Quito y Guayaquil a través de redes y personas que los colocan directamente. Una de ellas es Alfonsina Niama, quien hace unos cuatro meses compra el manjar de Borja, que se vende bajo la marca Higole.

“Tiene muy buen sabor y no es empalagoso. Es novedoso y como es producto de la Sierra tiene gran acogida en Guayaquil. Semanalmente adquiero 300 manjares. Los reparto en la ciudad”, dice.

Actualmente, Borja busca posicionar sus productos en el mercado, para más adelante dar el salto a cadenas de supermercados. Algunos de sus productos se han enviado al extranjero a clientes individuales que desean probarlos.

El 70% de la producción de leche de la hacienda se entrega al centro de acopio y el resto para la producción de derivados.

Borja señala que lo interesante de la industrialización y venta de su producto es que el margen de utilidad que ha obtenido le ha permitido hacer más inversiones y se proyecta a crecer. Una de las metas de la hacienda es llegar a procesar unos 600 litros día.

El fin del ganadero es, en algún momento, poder comprar leche a vecinos del sector donde está la hacienda, principalmente a pequeños productores (600 lt/d).

Las vacas de la hacienda producen leche certificada como orgánica. Eso le da más valor a los derivados.

Las vacas de la hacienda producen leche certificada como orgánica. Eso le da más valor a los derivados.


Él aspira que la leche que en algún momento vaya a recibir sea de calidad y que al conseguir un mayor dinamismo comercial se logre mejorar el precio que se paga por litro a los productores.

Hoy, el valor de indexación en el país es de USD 0,42, pero en el mercado hay ganaderos que cobran menos por factores como la baja demanda en el país.

Actualmente, dos parejas de esposos del sector ya se benefician de la producción en la hacienda. Consiguieron trabajo en la planta. Adicional, en la propiedad se contrata a 15 jornaleros al mes.