La planta de producción de la empresa se encuentra en Rumiñahui y desde allí se distribuye a todo el país. Foto: Carlos Noriega/Líderes.

La planta de producción de la empresa se encuentra en Rumiñahui y desde allí se distribuye a todo el país. Foto: Carlos Noriega/Líderes.

Ofertan patacones en el exterior

La preparación de patacones de verde en casa puede tomar alrededor de 30 minutos. Pero, ¿para qué hacer todo el procedimiento si puede sacarlos de un empaque y comerlos sin mucho esfuerzo? Desde hace 10 años, esa es la alternativa que brinda a los consumidores nacionales y extranjeros la empresa ecuatoriana Tuto Snack con su producto Patacón Chiflar.

La marca nació con el objetivo de darle un valor agregado a uno de los productos más reconocidos en el mundo: el banano.

Adrían Holguín es el gerente general de la empresa. Cuenta que cuando inició la firma, junto a sus socios buscaban industrializar la forma tradicional de preparar los patacones. Para hacerlo, tuvieron que diseñar sus propias máquinas ‘pataconeras’.

Ahora, cuentan con tres ediciones de estos implementos. Cada uno es más sofisticado y con tecnología de punta. Para empezar, hicieron una inversión de aproximadamente USD 85 000.
Al inicio, su distribución se centró en el mercado local. Además de los patacones vendían chifles y chips de papas y yuca. Luego, se enfocaron en elaborar otros productos más sofisticados y “más nutritivos” para sus clientes.

La empresa creció “como una granada” desde el 2014, dice Holguín. Eso porque, de un momento a otro, pasaron de producir 51 toneladas anualmente a elaborar 102 toneladas, en su mayoría destinados a la exportación.

La internacionalización comenzó en 2015, cuando uno de sus clientes presentó los productos de Tuto Snack en una tienda de los Estados Unidos. Allí, aceptaron el producto, lo codificaron y, “de un día para otro”, debieron producir tres contenedores de Patacón Chiflar para enviar al mercado estadounidense.

Pero no solo elaboran sus patacones. En su planta de producción, ubicada en el cantón Rumiñahui, también se maquila para otras 12 marcas de exportación. A más de llegar a Estados Unidos tienen presencia en Panamá, Perú, Alemania, España, Bélgica, Canadá y Guatemala.

Mientras que en el mercado nacional tienen 12 productos bajo la marca Chiflar. Estos snacks se pueden encontrar en las perchas de grandes cadenas como Supermaxi, Megamaxi, Oki Doki, Fybeca, Sana Sana, Santa María, y en tiendas de autoservicio.

Hace tres años expandieron su planta de producción. Para mantener la calidad en el servicio, las instalaciones se construyeron con paneles plásticos que inhiben el paso de cualquier tipo de contaminante. También, se cercioran de que sus colaboradores cumplan con todas las medidas de bioseguridad y realizan constantes pruebas de calidad en los productos que elaboran.

La fabricación de los patacones es semiindustrializada, pues aún hay procesos que se hacen manualmente. Mientras las máquinas aplastan el verde previamente frito, un equipo se dedica a darles la fritura final, colocarles uno de los cinco saborizantes con los que cuentan. Luego los ponen en planchas de enfriamiento y envían al área de empaque. Este tipo de producción les ha hecho acreedores a distintas certificaciones de calidad en los productos.

La materia prima se adquiere de agricultores de Santo Domingo de los Tsáchilas, El Carmen y Julio Moreno. Según Holguín, se compran más de 3 500 kilos de verde por día. La empresa ha tratado de que esta transacción no sea informal, sino que se manejan contratos -ya sea verbales o escritos- sobre los precios y cantidades que se van a adquirir.

Durante la pandemia innovaron en su producción. Elaboran ‘snacks’ de quinoa para enviar al exterior. También, hacen tigrillo para preparar al instante. Holguín señala que las cajas vienen con instrucciones para que el producto esté listo en cinco minutos.

Las cifras de la empresa: 

45 contenedores se exportan al año

20 contenedores en el mercado local

52 trabajadores

1 500 kilos de verde se procesan diariamente

224 toneladas se producen al año