Cristina León (I) se encarga de la parte creativa. Marcelo Delgado (D) es resposable de lo administrativo.

Cristina León (I) se encarga de la parte creativa. Marcelo Delgado (D) es resposable de lo administrativo. Foto: Diego Pallero / LÍDERES

Ellos personalizan los cuentos infantiles

6 de mayo de 2019 10:08

Crecer en una imprenta y estar rodeado de literatura motivó a Marcelo Delgado, un apasionado por el comercio electrónico, a crear y comercializar cuentos infantiles en donde los clientes (niñas, niños y bebés) se convierten en los protagonistas de las historias.

Así nació Cuenta.me en el 2017, un emprendimiento netamente ecuatoriano. En diciembre de ese año salió el primer libro, denominado El Baúl de Navidad, que involucra a los abuelos de los niños. Para el 2018 el negocio incorporó cuatro cuentos más y generó USD 15 000 en ventas.

“Veo a Cuenta.me como un instrumento en el cual haces que la literatura sea divertida para los niños. Buscamos que los niños se interesen en la lectura a través de algo que a ellos les guste”, describe Maldonado.

Con apenas un año, y con una inversión de USD 10 000, el negocio ha participado en importantes ferias a escala nacional, por lo que ha recibido destacados reconocimientos, como el primer lugar al mejor emprendimiento de e-commerce, por parte de Lab2change, Diners e Impaqto. También ganó el premio al mejor stand de la feria Grand Bazar.

Los usuarios pueden adquirir los libros, en formato físico o digital, ingresando a la página web www.cuenta.me.

La personalización del texto empieza introduciendo el nombre del niño. A continuación, se debe seleccionar uno de los cuentos, ingresar detalles y rasgos característicos de los personajes, escribir una dedicatoria, seleccionar una fecha especial y agregar una fotografía.

Finalmente, el usuario escoge el formato del producto y registra los datos para la facturación. El libro demora alrededor de una semana en llegar a manos del propietario. La versión digital ofrece, en algunos cuentos, varias opciones para el final de la trama.

Las historias son creadas por la pluma de tres escritoras ecuatorianas: Mónica Varea, Soledad Córdova y Silvia Larrea; próximamente se incorporará al equipo Fernanda Heredia.

Cada una quiso incorporarse voluntariamente al proyecto con la motivación de expandir el hábito de la lectura en los infantes y, al mismo tiempo, ser un vínculo de unión familiar, comenta Cristina León, cofundadora de la marca.

“Un detalle que nos diferencia es que en las historias no solo se involucra al niño sino también están sus familiares. Hay muchas opciones para personalizar el cuento, como ponerle nombra a la mascota, de qué color será el traje del superhéroe y más”, explica León.

Elena Chiriboga adquirió hace un año dos libros para su hijo, Francisco, de 3 años de edad. Comenta que quedó cautivado por la originalidad de los cuentos. Uno de ellos aborda el periplo de un pequeño niño en la luna; el otro es una versión modificada y entretenida de la Caperucita roja.

Chiriboga destaca las ilustraciones a todo color, pero asegura que lo valioso de los textos son sus contenidos, porque inspiran a su hijo a desarrollar la imaginación. “Son su juguete, siempre lleva uno consigo a cualquier parte”.

Cada pedido que recibe Cuenta.me es procesado por la imprenta Imprevel, que desde hace 15 años se dedica a elaborar libros, catálogos, revistas y material publicitario. Actualmente el negocio incursiona en los libros digitales, mejor conocidos como ‘e-books’.

Evelyn Arboleda, propietaria del establecimiento, explica que cada cuento requerido se diseña y fabrica por separado. La producción de cada libro demora un máximo de dos días.

“Marcelo nos pasa el texto en un documento en formato PDF. Una vez que se imprime el cuento lo grapamos, pegamos, hacemos la pasta dura y se lo entregamos”, detalla Arboleda, quien se provee de insumos nacionales, con excepción del papel.

Las historias de Cuenta.me ya han llegado a países como España, Francia y Estados Unidos. Sin embargo, la expansión hacia el exterior está en proceso. Los costos del producto final se incrementan, debido a los trámites y aranceles para la exportación, lo cual encarece la mercadería y la vuelve poco competitiva, cuentan sus fundadores.