Un plan de reacción efectiva ante eventos inesperados reduce las afectaciones al negocio. Foto: Ingimage

Un plan de reacción efectiva ante eventos inesperados reduce las afectaciones al negocio. Foto: Ingimage

Los planes de contingencia son vitales

18 de octubre de 2019 11:56

En el desarrollo de actividades las organizaciones se enfrentan a constantes desafíos imprevistos internos y externos. Estructurar adecuados planes de contingencia y de gestión de crisis ayudan a mitigar riesgos en situaciones de emergencia.

La coyuntura que experimentó la semana pasada Ecuador debido a la paralización de actividades, por parte de grupos sociales opuestos a las medidas económicas, obligó a las empresas ha aplicar estrategias de diversa índole que permitan continuar con las operaciones dentro de lo posible.

La gran mayoría de organizaciones están poco o nada preparadas para acontecimientos externos que se suponen nunca pasarán y no son tomados en cuenta; es decir, no se tiene la información adecuada para tomar decisiones, afrontado los factores externos de actuación y comunicación del entorno, y además la incertidumbre de su propia fuerza laboral, explica Juan Pablo Piedra, director de la Maestría en Seguridad y Salud Ocupacional de la Udla.

Una solución viable a esto, dice el experto, es generar un plan de gestión de crisis, pero para abordarlo se necesita entender el entorno empresarial, los factores que pueden potenciar o desencadenar una posible crisis, cuáles son los riesgos asociados a estos escenarios, cómo se pueden identificar, evaluar, comunicar, controlar. En resumen, anticiparlos es la clave para generar medidas de contingencia adecuadas y estratégicas para mantener una efectiva continuidad de negocio.

Los planes de contingencia pueden ser globales para toda la empresa, por áreas o por procesos de mayor exposición o riesgo. Deben ser constantemente actualizados, anota Pilar Moncayo, vocera de la Asociación de Gestión Humana del Ecuador (Adghe).

Los expertos señalan que es conveniente efectuar planes de contingencia dependiendo el riesgo. Cada empresa debe tener mecanismos propios de defensa y actuación ante acontecimientos internos y externos, deben ser suficientes y efectivos.

Evaluación, planificación, simulación y ejecución son los elementos básicos que debe contener un plan de contingencia. Se añade la capacitación constante del talento humano, de modo que su reacción ante eventos inesperados sea la adecuada para no poner en peligro la operación del negocio.

Los trabajadores deber tener claro cuáles son sus responsabilidades para afrontar una crisis. Los simulacros son valiosas herramientas de evaluación.

Frente a los acontecimientos suscitados desde que empezó la paralización de actividades en el país, que complicó el traslado de bienes y personas, importantes firmas afiliadas a la Adghe se han valido de modalidades como el teletrabajo para que el personal labore desde sus hogares y al mismo tiempo precautelar su integridad.

Así procedieron Tanasa y Proesa, afiliadas a Philip Morris International (PMI) en Ecuador. Informaron que manejan comunicación continua con el personal, de acuerdo al monitoreo constante del equipo de seguridad.

Otras empresas aplicaron jornadas reducidas. Corporación Maresa, por ejemplo, activó planes para trabajo flexible y con horarios que minimicen el impacto en los clientes.

Un artículo publicado por la Universidad de Cornell en Estados Unidos, recomienda que las empresas debieran trabajar en una identificación adecuada de amenazas que pueden ocasionar crisis entendiendo que no todas se pueden evitar, refiere Piedra.

La priorización de los escenarios y la capacidad de afrontarlos son cruciales para empezar a planificar medidas de intervención y actuación, algunos ejemplos pueden ser: fallas operativas de maquinaria, problemas legales, pérdida de propiedad intelectual, imagen corporativa afectada o un brote de enfermedad en el lugar de trabajo, protestas y paros, etc.