Laura Sevillano vio en la ungurahua la oportunidad de emprender su negocio de cremas faciales naturales. Foto: Julio Estrella / LÍDERES

Laura Sevillano vio en la ungurahua la oportunidad de emprender su negocio de cremas faciales naturales. Foto: Julio Estrella / LÍDERES

Una planta amazónica es la esencia de este negocio

5 de mayo de 2016 11:04

La ungurahua para el cuidado de la piel; para prevenir la caída del cabello o para humectar las manos fue la consigna Laura Sevilla, una quiteña que dio vida a la marca de cosmética natural Umai.

Su emprendimiento elabora cremas faciales, champú, jabones, cremas corporales y de mano a base de aceite de ungurahua. Esta planta es nativa de la Amazonía ecuatoriana: “nace de una palma y sus beneficios son múltiples debido al Omega 9 que posee”, detalla Sevilla mientras se unta en la palma de la mano un extracto de la crema de ungurahua con hierbaluisa; una combinación que deja un aroma cítrico sobre la piel.

Esta mujer, de 62 años comenta que antes trabajaba en el área de relaciones públicas en un medio de comunicación privado, pero en el 2010 decidió tener un emprendimiento familiar.

Entonces aprovechó los conocimientos adquiridos por su hija Vanesa Vargas quien en ese mismo año viajó por trabajo a la Amazonía y conoció sobre las bondades de la ungurahua. Su hija le detalló el uso medicinal de este aceite; entonces Sevilla decidió elaborar artículos cosméticos unisex.

Escogió el nombre Umai, palabra achuar que significa hermana, que hace relación con la fraternidad que se vive en la Amazonía del país. Para iniciar con este emprendimiento, Sevilla invirtió un capital USD 10 000; era el año 2010.

Este dinero se destinó a la obtención de registros sanitarios, la compra de envases desde EE.UU., diseños y la maquila que se realiza en una farmacéutica, con la que tiene un convenio de confidencialidad. Para la elaboración de las cremas, Umai adquiere dos litros anuales de aceite de ungurahua para combinarlos con las otras materias primas.

En el 2011 se desarrolló la fórmula y se la envasó para hacer una primera prueba de las cremas. En el 2013, esta iniciativa empezó a promocionarse en ferias de emprendimiento y en algunas tiendas naturistas.

El negocio creció y para el 2014, Sevilla decidió sacar al mercado la línea de champú, debido a que la ungurahua evita la caída del cabello; hasta la fecha elabora nuevos productos como los jabones y las cremas corporales.

La facturación de Umai en estos cinco años ha tenido un crecimiento del 15% anual. Solo en el 2015, Laura Sevilla vendió unos USD 6 000. Además, invierte anualmente un 20% de los ingresos para adquirir materias primas y envases plásticos y de balsa. Estos últimos son comprados en una fundación de Guayaquil, explica Vanesa Vargas, quien es parte del emprendimiento familiar.

En la elaboración se fusiona el aceite de ungurahua con la hierbaluisa para dar una mejor textura a las cremas faciales; los jabones líquidos, por su parte, tienen extractos de orquídeas.

Esta diversidad en el portafolio de esta marca ha logrado fidelizar a clientes. Violeta Moscoso, por ejemplo, conoció los productos hace tres años en una feria en Quito. Le llamaron la atención las cremas, las compró y desde entonces, utiliza otros productos como las cremas corporales. “Mi piel es muy sensible, pero las cremas de Umai han ayudado a que esta se mantenga tersa y suave”.

Para este año Sevilla quiere posicionar sus productos en grandes cadenas de supermercados. Para eso, ya firmó un acuerdo con la cadena Supermaxi como parte de un plan piloto para ubicar estos productos ecuatorianos en perchas.

Además, con Umai se seguirá participando en ferias en Quito. En la promoción, la emprendedora quiteña afirma que las redes sociales serán su segunda estrategia a desarrollar. Para esto, están armando una campaña que permita visibilizar el emprendimiento familiar. La meta también es contratar a dos personas para que ayuden con la logística del negocio.