Juan Carlos Rivadeneira y Guillermo Conesa crearon hace dos años Aló Maestro.

Juan Carlos Rivadeneira y Guillermo Conesa crearon hace dos años Aló Maestro. Foto: Julio Estrella / LÍDERES

Esta plataforma de servicios mira hacia el exterior

6 de junio de 2019 11:48

Contratar los servicios de un plomero, un pintor o un electricista puede generar inconvenientes por la informalidad.

A algunas personas les genera temor contratar a un desconocido que ofrezca esos servicios en la calle. Y, a veces, los maestros que se dedican a varias tareas no ofrecen un trabajo garantizado o cobran de acuerdo al sector donde vive el potencial cliente.

Conscientes de estos y otros problemas, Juan Carlos Rivadeneira y Guillermo Conesa crearon hace dos años Aló Maestro, una plataforma on line que permite contratar obras con maestros que han sido previamente calificados y han recibido capacitación.

El año pasado, el negocio facturó USD 100 000 y este 2019 se espera triplicar esa cifra.
Este año, los emprendedores se preparan para dar dos pasos más. El primero es extender el servicio de la aplicación a Guayaquil. Esperan que esté disponible desde el segundo semestre del año.

El segundo paso es un plan piloto con el que esperan llegar en el 2020 a tres países de la región Perú, Chile y Colombia. Para el 2021 aspiran ofrecer sus servicios en más lugares. Para alcanzar la meta de expansión internacional, Aló Maestro estima que se requerirán unos USD 250 000.

El proceso de crecimiento de este emprendimiento se apalancó, los dos primeros años, en incrementar los tipos de servicios que se ofrecen y en realizar mejoras tecnológicas para automatizar lo más posible el trabajo, controlar mejor la calidad de las obras y evaluar a los maestros, cuenta Rivadeniera.

La inversión para arrancar el negocio fue de USD 80 000 y el año pasado, se requirieron unos USD 150 000 más.“Cuando empezamos teníamos solo un técnico para cada una de las tres áreas que atendíamos: electricidad, plomería y pintura. Ahora tenemos 30 maestros y damos servicios en más áreas”, dice Rivadeneira.

Lo nuevo que se sumó fue: reparación y mantenimiento de línea blanca, instalación y revestimiento de pisos y paredes, instalación de cielos rasos, cerrajería y armado de muebles. Al mes, Aló Maestro atiende unos 200 requerimientos en Quito.

Conesa, que está a cargo del desarrollo tecnológico, explica que ha sido clave ir automatizando la mayor parte de los procesos y ofrecer más seguridades y comodidades a los clientes. “Al principio el trabajo era más manual. La orden que ingresaba se metía en un Excel, ahora hay un sistema que lo hace y, además, permite geoposicionar al maestro. Eso nos permite conocer el tiempo de llegada y evitar problemas de retrasos”, explica.

La plataforma, además, implementó un sistema de puntuación en el que se evalúan a los maestros de acuerdo a su desempeño en cada trabajo y a cómo responden a los requerimientos de calidad de la empresa. Así, los que tienen mejores puntajes reciben más órdenes para trabajar.

Mientras que para el cliente, la inversión en tecnología le ha permitido a la empresa ofrecer facilidades como botones de pago online a través de tarjeta, facturación electrónica y actas de entrega de recepción digital en las que el cliente firma con su dedo en un dispositivo electrónico.