Valeria Llerena es la directora Ejecutiva de la Red de Instituciones Financieras de Desarrollo (RFD). Foto: Patricio Terán / LÍDERES

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REDACCIÓN QUITO. (I)
Editor del Semanario LÍDERES
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Valeria Llerena: ‘Aún faltan políticas de microfinanzas’

27 de febrero de 2018 12:21

Valeria Llerena, directora Ejecutiva de la Red de Instituciones Financieras de Desarrollo (RFD), habla sobre el desempeño del microcrédito en el país. También analiza el actual momento de la economía ecuatoriana y el panorama que se espera para este año.

¿Cómo se encuentra este momento el sector de microempresas en el país?


Es un sector bastante amplio. En la actualidad hay 4,2 millones de microempresarios en el país. Eso significa la mitad de la población económicamente activa. Pero también hay personas que se quedan de lado y que también requieren apoyo de las instituciones financieras. Este año queremos integrar a más personas, que generen empleo, que incursionen de manera formal en el sector financiero y crear impacto social.

Los recursos económicos son claves en este proceso de inclusión. ¿Qué ha pasado con el microcrédito en el país en el último año?

Ha crecido. Los datos de los 47 integrantes de la Red señalan que el 2017 fue un año bueno. La cartera de microcrédito creció de USD 2 300 millones a USD 2 800 millones, entre diciembre del 2016 y el mismo mes del año pasado.

¿Qué lectura se puede dar a ese crecimiento?

Es por la recuperación de la economía y la estabilidad luego de las elecciones presidenciales. Hubo inyección de recursos, pasamos los rezagos de la crisis económica que arrancó en el 2014; hubo más captaciones y el sistema bancario mejoró. La cartera en general se vio mejor de un año al otro. Esto se vio reflejado en la microempresa, pero eso no implica que todo lo que es microcrédito esté mejorando. Vemos que el microcrédito está yendo para los mismos sectores, no se involucra a sectores más pobres.

¿Quiénes son los que reciben esos créditos?

Hay muy poco crédito para los estratos más bajos de la población. Esto ocurre por diferentes factores: temas regulatorios, costos de las entidades financieras, temas de eficiencia, falta de metodologías. Pero todo esto hace que cada vez sea más difícil colocar en lugares más pequeños porque el crédito es más riesgoso, es de difícil acceso, porque no se puede llegar a ciertas poblaciones. Hay un crédito pequeñito que no se llega a dar. Por ejemplo, antes los bancos que atendían el sector colocaban préstamos de 80 o 150 dólares para emprendimientos muy pequeños; hoy los créditos más pequeños son de 700 u 800 dólares. Tenemos un sector de la población que está desatendido.

¿Entonces son los mismos beneficiados o se está ampliando el número de microempresarios que tienen acceso a créditos?

Tratamos de que existan más beneficiarios. Es difícil hacer una medición con claridad de la inclusión financiera. No hay datos reales y claros al respecto; por ejemplo, la CAF señala, en un estudio del 2014, que solo dos de cada 10 ecuatorianos tenían acceso a crédito. Y solo el 41% de la población contaba con cuentas en el banco. No hay estudios más actualizados, ni siquiera los organismos formales tienen datos exactos. Cuando crecen las cuentas bancarias no se sabe si es porque tenemos nuevos actores o si es una misma persona que tiene dos o más cuentas.

Entonces resulta complicado determinar quién está y quién no está incluido...

Hoy por hoy es complicado determinar eso. Existen datos de género, de áreas rurales o urbanas, por regiones, por montos de crédito. Pero hablar de inclusión financiera es mucho más que eso, es incluir a las personas que no están entre los 4,2 millones de microempresarios y hacerles que salgan de una situación de desempleo pese a que están en capacidad de producir. El tema es mucho más amplio.

Con este panorama, ¿qué plantea la Red?

Nosotros agrupamos bancos, cooperativas, ONG y queremos impulsar una política nacional de inclusión financiera. Esto implica agrupar esfuerzos públicos y privados, crear fondos de financiamiento adecuados, bajar los costos de los recursos que muchas veces llegan desde el exterior.

¿Esos recursos del exterior llegan de manera regular?

Se mantiene el fondeo, en especial para las ONG y los bancos de microcrédito. Estos fondos vienen de Luxemburgo, Holanda, Alemania, Estados Unidos. La regulación, en ciertos casos, afecta a esos recursos. Por ejemplo, si vienen de paraísos fiscales tienen que pagar más impuestos, al menos hasta que el Consejo de Política Tributaria establezca excepciones. Esos impuestos a los fondos generan un costo excesivo para las entidades de microcrédito.

¿Cómo se mira en la Red a la evolución de la economía?


Tratamos de hacer un trabajo muy técnico en políticas de microfinanzas. Creemos que el punto de partida para la recuperación económica del país es la generación de empleo y esto se dará con el crecimiento de las microfinanzas. Por eso estamos preocupados por impulsar a este segmento.

¿Qué efectos tiene la reducción de tasas de interés de hace pocas semanas?

En cooperativas de ahorro no hay una afectación por la manera en la que se fondean, en especial las del segmento 1. A los bancos especializados sí les afecta directamente porque su metodología es costosa e implica tener fondeo del exterior. Los bancos especializados están preocupados, mal haría yo en decir que la reducción de las tasas no tiene sustento, pero creo que se debe crear un segmento más pequeño para ese sector de la población que, como digo, no está atendido. Creo también que las instituciones financieras debemos ser más eficientes con tecnologías y otros aspectos que pueden reducir costos.

¿Tal como hace la banca?

Hay que buscar de lado y lado. Con la tasa de interés en la Red no buscamos más utilidad. Un 27% de microempresarios no usan los canales formales para financiarse. Por eso se necesita trabajar desde todos los ámbitos para elaborar una política de tasas que permitan mejorar al sector de microfinanzas. Hemos hablado con autoridades y están muy abiertas a trabajar.

¿Qué panorama tienen en la Red para este año?

Es un año complejo, aún hay incertidumbre por ciertos cambios políticos. Vamos a crecer, pero menos que el año pasado. Queremos un marco regulatorio que permita colocar un mejor crédito.

Hoja de Vida

Estudios. Economista graduada en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, con maestría en Administración de Empresas (MBA) en el IDE.

Trayectoria. Se ha desempeñado en el sector financiero nacional dentro de las áreas de finanzas y riesgos. En la Superintendencia de Bancos, ejerció los cargos de Directora de Instituciones Financieras e Intendente Nacional del Sector Financiero Privado.

Tareas. Ha participado como delegada técnica del organismo de control en la propuesta y discusión de normativa que regula la actividad financiera, en sus distintos segmentos y en la generación de metodologías y herramientas de supervisión a las entidades financieras.