Redacción Quito
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La posible pérdida de datos, una preocupación

El pasado 6 de agosto, la cuenta de iCloud del periodista de tecnología estadounidense del Huffington Post, Mat Honan fue hackeada. Posteriormente los supuestos piratas informáticos borraron los datos de su correo electrónico en Gmail.

Estos ataques cuestionaron la seguridad de las corporaciones que ofrecen servicios en sus cuentas en la nube.

Felipe Carrillo, director de la División Office de Microsoft Latinoamérica, comenta que los ‘hackers’ buscan siempre estar un paso adelante. Sin embargo, tener la información en la nube ahora resulta más confiable por dos aspectos.

El primero es que si existe alguna catástrofe o desastre natural que afecten las computadoras o discos duros, la información quedará a salvo porque tiene respaldos en diferentes servidores, alrededor del mundo. El segundo, es que las empresas que proveen el servicio garantizarán que la información esté a salvo, y en casos extremos de pérdidas, la firma deberá responder por el inconveniente. “La diferencia de trabajar con o sin ‘cloud’, es como que una persona tenga el dinero bajo el colchón o guardado en un banco”.

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Antonio Sánchez, presidente de Aesoft, señala que se necesita desarrollar una cultura para saber qué tipo de información guardar en la nube. Sánchez señala que las cabezas de las empresas deben estar conscientes de que la información no está en las empresas sino en servidores en el extranjero. “Actualmente no hay un sistema que sea 100% seguro, hay que medir niveles de seguridad”.

Mientras que Ernesto Kruger, representante de Kruger Corporation, sostiene que el usuario debe escoger el proveedor que mayor seguridad le brinde; Kruger asegura que la firma estadounidense Amazon ha ganado un gran reconocimiento en este aspecto, por ejemplo.

Según un estudio realizado por la firma de seguridad informática estadounidense Zecurión, el año pasado los daños causados a escala mundial debido a delitos informáticos ascienden a USD 20 000 millones. El mismo estudio indica que la mayoría de las veces, la información se filtró a través de los ordenadores portátiles y teléfonos móviles (19,4%), servicios web (18,2%), ordenadores convencionales (16,1%), y dispositivos de almacenamiento electrónico (13,8%).

Sebastián Pérez, de Nubis Partners, explica que los miedos son entendibles, sobre todo si tiene que ver con conectividad y seguridad. Pérez declara que le preocupa más la conectividad que la seguridad. “La pregunta que todo empresario se hace es ¿dónde están mis datos, qué pasa si se cae el sistema? Para eso hay respaldos automáticos almacenados en diferentes puntos geográficos del mundo”.

Santiago Meneses, representante de HP concuerda con Pérez. “La garantía es tener un respaldo en diferentes lugares”.