Premios, descuentos, llamadas...

La Cooperativa Coopera (Azuay) tiene ocho tiendas, donde sus socios compran productos hasta con un 30% de descuento. Cooperativa La Merced, también en Azuay, rifa un vehículo al año entre sus clientes. Estos son algunos ejemplos de cómo las entidades financieras se ingenian métodos para captar más socios y competir en el mercado, comenta el analista económico Daniel Cáceres.

Los bancos privados también aplican estrategias similares para atraer clientes, como obsequiar hornos o televisores a quienes depositan desde USD 1 000 durante 12 ó 24 meses, dice Cáceres.

Héctor Fajardo, presidente de la Unión de Cooperativas de Ahorro y Crédito del Sur (Ucacsur), que agremia 21 cooperativas de Azuay, El Oro, Cañar, Loja, Zamora Chinchipe y Morona Santiago, señala que sí se evidencia una suerte de ‘canibalismo’ entre estas entidades por captar más clientes. Sin embargo, con la Ley de Economía Popular y Solidaria espera que existan reglas claras para competir en el sector de microfinanzas.

El director ejecutivo de la Red Financiera Rural, Javier Vaca indica que se ven estrategias de lado y lado. Cita como ejemplo el crédito de instituciones financieras especializadas (bancos grandes), que capacitan al personal para llegar a los clientes mediante visitas o llamadas. “Estas son metodologías costosas”.

Mientras que las pequeñas entidades (cooperativas) tienen más cercanía con la comunidad con la que trabajan. Pero advierte que conforme las cooperativas superan los 5 000 socios pierden acercamiento y compiten en el segmento de los bancos. Asimismo, los bancos buscan negocios en el área rural, para llegar a clientes que no atendían.

Al respecto, Fajardo indica que el 60% de los clientes de Ucacsur está en las áreas rurales, donde los bancos no llegaban.

La analista financiera Rosa Matilde Guerrero señala que los sistemas financieros por definición son mercados tendientes al oligopolio. Por lo tanto es fundamental la existencia de un número importante de actores que además ofrezcan diversidad de productos y busquen satisfacer de forma adecuada la demanda del usuario de servicios financieros.

Igualmente, dice Guerrero, es menester que los entes reguladores permitan la fluidez de la información entre las entidades que ofrecen los productos y servicios y los usuarios de los mismos, con el propósito de que estos lleguen en lo posible a los diferentes niveles de la población.