Imagen referencial. Los empleados que duermen menos de seis horas cada noche rinden menos que los que duermen más. Foto: Pixabay

Imagen referencial. Los empleados que duermen menos de seis horas cada noche rinden menos que los que duermen más. Foto: Pixabay

Despertarse rápido, la fórmula para ser más productivo

2 de enero de 2019 11:29

¿Tiene esa costumbre de retrasar el despertador hasta el infinito? Pues es una trampa mortal para la productividad y para tu salud. Cada vez que golpeas a ese pequeño subalterno del demonio procrastinador, cada vez que piensas en esa dulce batalla que ganas al quedarte un puñado de minutos más en la cama, estás haciendo más y más difícil el proceso de despertarte, y hundes a tu cerebro en el inicio del siguiente ciclo de sueño, que es exactamente el peor momento para despertarte.

Cuanto más tiempo permanezcamos en ese punto, mayor será la sensación de cansancio y de haber tenido unas malas horas de sueño, aunque no haya sido así.

Según la Universidad de Cambridge junto al organismo de investigación Rand Europe, tras realizar un estudio con más de 21 000 trabajadores británicos se concluyó que la correlación entre las horas de sueño que alcanzamos por la noche y nuestro rendimiento en el trabajo es mayor de lo que se podría pensar.

Los empleados que duermen menos de seis horas cada noche son significativamente menos productivos que aquellos que consiguen de siete a ocho horas de descanso.

Pero el estudio descubrió que hay actividades o factores que, aunque en un principio asociábamos a la baja productividad, en realidad no influyen en absoluto en el rendimiento laboral. Ni estar gordo, ni fumar o beber alcohol va a interponerse en tu camino para convertirte en empleado del mes.

Cuando dormimos poco nos volvemos propensos a tener problemas metabólicos y endocrinos, inmunológicos y de muchos otros tipos. Exponiéndonos a la obesidad, a trastornos del de sistema inmune y a una mayor propensión a ciertos tipos de cáncer.

Así que recuerda: para dormir bien hay que consagrarse al 10-3-2-1-0 (10 horas antes de ir a la cama: nada de cafeína; 3 horas antes de ir a la cama: nada de comida o alcohol; 2 horas antes de ir a la cama: nada de trabajo; 1 horas antes de ir a la cama: nada de pantallas; 0: el número de veces que tienes que aplazar la alarma de tu despertador). Descansar al menos ocho horas, espabilar rápido por las mañanas y pedirle a tu jefe que te deje entrar a trabajar más tarde. Es la ciencia la que habla.