Diana Murcia dice que siempre busca retroalimentación por parte de sus clientes, para mejorar sus productos o para incorporar nuevas ideas. Foto: Julio Estrella/ LÍDERES.

Diana Murcia dice que siempre busca retroalimentación por parte de sus clientes, para mejorar sus productos o para incorporar nuevas ideas. Foto: Julio Estrella/ LÍDERES.

En los productos para bebé encontró una oportunidad

27 de septiembre de 2015 16:11

El nacimiento del hijo de Diana Murcia fue también el comienzo de su propio negocio. Al no existir en el mercado una variedad de calzado para su bebé prematuro, esta mamá emprendedora tomó la decisión de hacerlo ella misma. Con una máquina de coser, en un pequeño taller de su casa, creó Kukaramakara.

Este emprendimiento produce y comercializa calzado y accesorios para bebés, desde recién nacidos hasta 12 meses.

“Siempre trato de darle un valor agregado al producto y que no solo llegue el zapato sino que, en el caso de las niñas, venga con el cintillo y la pulsera que combinan; y con los niños, el corbatín y corbata”, explica Murcia, quien tuvo que aprender a diseñar y producir sus creaciones.

El proyecto arrancó con una inversión semilla de USD 500. Este valor cubrió la materia prima y los primeros empaques para su negocio. “Como soy mamá entiendo las necesidades que tenemos las madres y sé lo que les pondríamos y lo que no a nuestros hijos”, agrega esta microempresaria. Por lo que, desde el comienzo, buscó que todos los productos sean elaborados con algodón y materiales hipoalergénicos.

Pero combinar el trabajo de ser madre y emprender un negocio no fue fácil. “Para ambas tareas se necesita dedicar mucho tiempo; entonces, la clave es ser perseverante. Además, mi esposo y familia me ayudan bastante”, comenta.

El esfuerzo dio resultados y después de siete meses en el mercado y una inversión total de USD 15 000, ahora cuenta con seis máquinas y tres personas adicionales que colaboran en su taller. Ella se dedica a dar los acabados y el control de calidad.

La marca tiene 120 modelos de zapatos entre niños y niñas, con una capacidad de producción de 80 zapatos semanales en promedio. Un par de zapatos se comercializa en USD 20, incluidos los accesorios. “Esperamos llegar a producir, por lo menos, el doble hasta llegar a octubre e iniciar la campaña de diciembre, produciendo el triple”, afirma Murcia.

No cuenta con canales de distribución fijos, ya que su estrategia de ventas se basa en las redes sociales y las redes de contactos entre madres que son clientes.

Para poder comercializar su producto hacia otras provincias, cuenta con un equipo de seis vendedoras a escala nacional que distribuyen y promocionan el producto en sitios como Morona Santiago, Loja, Guayaquil, Esmeraldas, Los Ríos e Ibarra.

“Como el resto de distribuidoras, yo soy madre y por lo tanto este trabajo me ayuda a tener más tiempo con mi hija. Es muy gratificante trabajar así ya que se gana bien, pero también uno se puede acomodar a ser mamá”, comenta Carmen Ricaurte, quien distribuye en Quevedo y Valencia.

En la actualidad mantiene un stock permanente de productos y los clientes pueden comprar de manera inmediata desde la página de Facebook. Murcia espera hasta finales de este año terminar de desarrollar la página web y su tienda ‘online’. Con la idea de brindar “algo más” quiere crear una sección especializada, para que las madres y padres puedan ingresar y conversar entre sí para compartir dudas y experiencias.

De igual manera, está desarrollando una línea de ropa para niños y niñas de hasta seis años.