MEMO DE LA SEMANA
En Ecuador y a escala global los emprendedores están reinventándose para hacerle frente al covid-19. Estos locos soñadores no se cansan de generar ideas y de innovar sus productos o servicios con el fin de mantenerse en el mercado, pero sobre todo de cuidar los empleos que han creado y que han permitido que sus iniciativas crezcan.

Esta reinvención no es sencilla, como tampoco lo es emprender. Ocurre en medio de una pandemia mundial que ha desconfigurado casi por completo la manera tradicional de hacer negocios y que está sacudiendo a las empresas de todos los tamaños.

Sin embargo, los emprendedores no dan su brazo a torcer. Están en la jugada, se apoyan en las tecnologías, pero también en su instinto y su olfato para atender las necesidades de un mercado cambiante y exigente.

Si antes fueron un ejemplo, hoy ratifican esa condición. Los emprendedores son, en medio del temor y la incertidumbre reinantes, una muestra de esfuerzo y de perseverancia. La capacidad que tienen para encontrar oportunidades debe ser imitada por la sociedad entera en la actual coyuntura.