En la feria Incantare, que se realizó a mediados de octubre en Cumbayá, se vendieron ropa y muebles usados. Foto: Cortesía Incantare

En la feria Incantare, que se realizó a mediados de octubre en Cumbayá, se vendieron ropa y muebles usados. Foto: Cortesía Incantare

La ropa y muebles tienen segundas oportunidades

15 de noviembre de 2021 17:00

La venta de ropa y de artículos del hogar usados surgió a finales de marzo del año pasado, como una necesidad de conseguir recursos debido a la pandemia por el covid-19. Así nació Incantare.

Érika Vaca y Karla Semanate comenzaron este emprendimiento con la idea de “dar una segunda oportunidad” -dicen ellas- a ropa y muebles que ya no usaban, pero que estaban en buenas condiciones. También para crear conciencia de que es posible reciclar y practicar la moda circular.

Al principio, ofertaban solo sus prendas o muebles a través de las redes sociales como Instagram y Facebook. “Cuando empezó la pandemia teníamos mucho tiempo encerrados en casa y empezamos a limpiar el armario de la ropa y bodegas. Ahí nos dimos cuenta de todo lo que nos sobraba y que no íbamos a ocupar nunca más”, recuerda Semanate.

De esa forma surgió la iniciativa. Actualmente, las amigas suben las fotos de las prendas o muebles de las personas que están interesadas en deshacerse de sus objetos.

Aseguran que los artículos, como la ropa está en excelente estado, no son remendados, no están rotos ni descoloridos. Todas las prendas son revisadas antes de ser puestas a la venta.

Semanate y Vaca también crearon la página Mi clóset en tus manos, en Facebook, donde las personas pueden subir las prendas y vender directamente.

En definitiva, dice Vaca, esta iniciativa fue una forma de generar recursos, sobre todo en el confinamiento, porque había gente que se había quedado sin trabajo, su jornada laboral se redujo por horas o medio tiempo, y necesitaba dinero para sus familias. “Comenzó a monetizar sus bodegas con cosas que estaban en excelente estado”. Las utilidades mensuales, en promedio, son de USD 1 000 a 1 500, asegura Vaca.

Luego de más de un año con esta iniciativa organizaron la primera feria de Incantare, que reunió a 202 expositores en Cumbayá. Todos ellos vendieron directamente sus prendas y muebles usados durante tres días (del 15 al 17 de octubre), comenta Vaca.

Esta feria mostró -dicen ellas- que hay más personas interesadas en adquirir ropa de segunda mano, convencidas de que es una forma de ayudar al planeta.

Según Vaca, las personas que más compraron fueron las de entre 18 y 25 años, considerados dentro de la generación Z.

Lo hicieron porque tienen conciencia de cuidar el medioambiente, ya que la fabricación de ropa genera contaminación si no tienen procesos de reciclaje, agrega Semanate. “Se cumplió el objetivo de concienciar a las personas de que vendan y que compren prendas usadas. Nuestra idea es inculcar a la gente que apoye a la moda circular”.

Por eso, el lema de la feria fue: ‘recicla, reúsa y repón’, porque “comprar artículos de segunda mano es una forma de aportar al planeta”, recalca Vaca.

La primera feria
Los participantes. 7 000 personas acudieron en los tres días de la exposición.

Las ventas.  Cada una de las prendas, por ejemplo, se vendió entre USD 20 y 40 en promedio; pero las de marca, que -normalmente- en las tiendas cuestan USD 1 000 se cotizaron en 150.

En los estands. En el caso de Karla Semanate, una de las dos emprendedoras, vendió USD
7 000 en los tres días; otros expositores, en cambio, consiguieron 4 000.