La Cooperativa Andalucía tuvo USD 326 millones en depósitos en febrero pasado, que representaron un crecimiento del anual 40,4%. Su cartera de crédito fue de USD 241 millones. Foto: cortesía Cooperativa Andalucía

La Cooperativa Andalucía tuvo USD 326 millones en depósitos en febrero pasado, que representaron un crecimiento del anual 40,4%. Su cartera de crédito fue de USD 241 millones. Foto: cortesía Cooperativa Andalucía

El sector se acopla a los nuevos retos que marca la reactivación

20 de abril de 2021 18:41

El sector cooperativo superó los efectos de la pandemia y mantiene su crecimiento. Al finalizar el 2020, los depósitos y la cartera de crédito del sector financiero popular y solidario aumentaron respecto de diciembre del 2019.

Las captaciones tuvieron un crecimiento anual del 14% por un mayor ahorro de los depositantes, quienes en ciertos casos priorizaron esto y disminuyeron los gastos por la incertidumbre, señala la superintendenta de Economía Popular y Solidaria, Margarita Hernández. El 2021 se mantiene la tendencia.

Por su parte, la cartera de crédito tuvo incremento anual del 5% y al cierre del 2020 la morosidad del sector se ubicó en 4%. “Esas cifras dan cuenta de un desempeño favorable de la cartera, pues la demanda de crédito se redujo por la contracción de ingresos y aumento del desempleo; así como, la aplicación de mecanismos de alivio financiero que modificaron o aplazaron el pago de las cuotas de los préstamos vigentes”.

Sin embargo, dice Hernández, las principales afectaciones que tuvo el sector están asociadas con la intermediación financiera y la reducción de las utilidades.

En el 2019, por cada USD 100 que el sector captó, colocó USD 97 en créditos; mientras que, en el 2020 por cada USD 100 que captó, se colocaron USD 89.

Esta situación se explica por dos hechos. Primero por la necesidad de las entidades controladas de mantener mayores recursos líquidos para poder responder a los retiros de los depositantes en un entorno muy cambiante e inestable. Segundo por la contracción de la demanda de créditos.

Las utilidades, por su parte, bajaron por los excedentes de liquidez que presenta, actualmente el sector, y la aplicación de mecanismos de alivio financiero que modificaron las condiciones de pago de los créditos. Eso ocasionó la reducción de los ingresos, así como también el incremento del gasto destinado a provisiones para cubrir las pérdidas ocasionadas por el impago de los créditos.

Según Esteban Correa, subgerente comercial de la Cooperativa de Ahorro y Crédito Andalucía, el objetivo para el 2021 es fortalecer los diferimientos otorgados a través de nuevas y mejores condiciones para que los socios puedan cumplir sin problema sus obligaciones, aunque las condiciones económicas no sean las más favorables.

Correa señala que el primer trimestre del 2021 ha tenido un comportamiento similar al cierre del 2020, con una leve mejoría, sobre todo en la entrega de préstamos. “La expectativa es que, a partir del segundo trimestre, se mantenga el comportamiento de los pasivos, pero sobre todo que se sienta una reactivación de la economía a partir del incremento de colocación de los créditos”.

Para Correa, uno de los principales retos es mantener niveles de captación y liquidez adecuados, que permitan sostener y mejorar la confianza de los socios.

Otro desafío es retomar el ritmo de colocación previo a la pandemia, para dinamizar la economía y ser fuente de apoyo para los socios en sus diferentes planes.

La morosidad debe ser un tema para considerar este año. “Se verán los resultados de los problemas de los socios en el 2020, pero está ahí el reto de otorgar otras opciones correctas a ellos para que puedan cumplir con sus obligaciones”, señala Correa. Así, por ejemplo, esta cooperativa generó productos acordes con la nueva realidad con plazos convenientes y períodos de gracia.

Hernández prevé que el sector financiero popular y solidario registre un crecimiento similar al del 2020 en sus activos, pasivos y patrimonio y la misma tendencia en utilidades porque las entidades tendrán que constituir provisiones importantes para mitigar el impacto de la materialización de las posibles pérdidas ocasionadas por el impago de los créditos.

Según ella, el sector debe trabajar en la transformación digital, operaciones, tecnología, riesgos y finanzas sostenibles. “A corto plazo, debe seguir enfrentando los continuos desafíos e incertidumbre asociada a la pandemia, e incrementar su capacidad de reacción y recuperación”.

Más usuarios se incorporan en el sistema nacional

Redacción Quito (I)

Las cooperativas son una herramienta clave para que más personas ingresen en el sistema financiero nacional. En el último año han aplicado una serie de estrategias para lograrlo y las cifras muestran que lo han conseguido.

Según la Red de Integración Ecuatoriana de Cooperativas de Ahorro y Crédito, entre febrero de este año y el mismo mes del 2020, el número de usuarios de estas entidades pasó de 6,5 millones a 7,1 millones.

Este resultado, sin embargo, es la cosecha de un trabajo que se ha realizado por años. Una de las políticas que implementaron las cooperativas fue llegar a lugares donde no había la oferta suficiente de servicios financieros.

Cooperativas que forman parte de la Ucacsur cuentan con diversas políticas para atraer a los usuarios. Foto: cortesía Ucacsur

Cooperativas que forman parte de la Ucacsur cuentan con diversas políticas para atraer a los usuarios. Foto: cortesía Ucacsur

Asimismo, estas entidades profundizaron en la digitalización, a través de inversión en tecnología. Esto generó opciones atractivas para el público, como el otorgamiento de créditos en línea a través de páginas web; trámites electrónicos que reducen la cantidad de veces que los usuarios deben acercarse a las oficinas y más.

Con esto concuerda Juan Pablo Guerra, titular de la Unión de Cooperativas de Ahorro y Crédito del Sur (Ucacsur). Asegura que las ‘fintech’ y las herramientas tecnológicas permiten que baje el tiempo en los trámites y procesos, así como las brechas de acceso a los usuarios. “Es más ágil abrir cuentas, por ejemplo”.

Las cooperativas cuentan, hoy, con aplicativos de pago y de consultas, tarjetas de retiro, puntos de pago, corresponsalías en zonas donde no había ningún acceso al sistema financiero, etc.

Édgar Peñaherrera, gerente de la Red, explica que otra estrategia para lograr la inclusión es el hecho de que las cooperativas se acerquen a grupos asociativos y les asesoren en la generación de actividades económicas. “Hace muchos años, cuando todavía existían las condiciones, se conformaron grupos de trabajo que les permitían a las cooperativas llegar a comunidades a organizarlas, desarrollar temas productivos y darles financiamiento”, señala.

Mientras, Guerra agrega que otra política para que más personas se cooperativicen en el territorio es contar con buenos esquemas de educación financiera. Esto debido a que la gente puede conocer qué productos crediticios y de ahorros existen en las entidades y cómo acceder a ellos.

“Muchas veces la carencia de la información sobre las posibilidades que pueden tener las personas hace que estén alejadas de la realidad del sistema financiero”, señala Guerra. Con esto coincide la Superintendencia de Economía Popular y Solidarias (SEPS), que determina que la educación financiera también permite que los socios conozcan de sus derechos y obligaciones, beneficios y riesgos, creando conciencia sobre el adecuado uso de los recursos, el endeudamiento responsable, la planificación y la previsión.

De acuerdo con esta entidad de control, actualmente seis de cada 10 ecuatorianos tienen acceso al sistema financiero en el país, lo que indica que aún hay trabajo por hacer para la inclusión.

Agrega que en aquellos cantones de mayor ruralidad y pobreza es factible incrementar la prestación de servicios financieros, pero para esto es necesario afrontar el desconocimiento que tiene la población que aún está excluida.

Guerra dice que en este marco la cooperativas deben poner en marcha su plan para la inserción de sus socios y potenciales socios.

La digitalización de los servicios es una prioridad


Redacción Cuenca (I)
redaccion@revistalideres.ec

La pandemia demostró la necesidad de una transformación digital y la importancia de desarrollar diferentes canales de atención, para fortalecer los ecosistemas digitales en la industria financiera. La intención es facilitar el acceso al sistema y permitir una mayor inclusión de la población.

En Ecuador, las plataformas y opciones digitales más utilizadas por la demanda de socios son crédito en canales digitales, cajeros automáticos, billeteras y transferencias electrónicas.

Las transacciones que se realizan por canales electrónicos, en su mayoría se las efectúa a través de Internet y banca celular.

La Cooperativa de Ahorro y Crédito CREA, que funciona en Cuenca, impulsa la digitalización de sus servicios. Foto: archivo / LÍDERES

La Cooperativa de Ahorro y Crédito CREA, que funciona en Cuenca, impulsa la digitalización de sus servicios. Foto: archivo / LÍDERES

Así, por ejemplo, la Cooperativa de Ahorro y Crédito CREA permite presentar la solicitud y tramitar un crédito mediante Internet. Incluso, la firma de los avales y pagarés se cumplen por esa misma alternativa.

En el 2022 lanzará su plataforma de pagos con otras cooperativas de ahorro y crédito, para que sus socios paguen mediante un teléfono móvil. El plan piloto se aplicará en las tiendas, supermercados y puntos de venta en Azuay. Además, arrancará con una plataforma de comercio electrónico para que oferten sus socios.

Una iniciativa similar ya aplica la Cooperativa de Ahorro y Crédito Jardín Azuayo. Este sitio web se denomina Elake y se ofrecen alimentos, artesanías y muebles, y otros productos del hogar. Otro de sus planteamientos es abrir en este año -junto con otras instituciones- una red de corresponsalías y sistemas de pagos electrónicos con el teléfono móvil, que representa una mejor inversión y comisión que otras alternativas.

La Cooperativa Andalucía, por su parte, está por lanzar una nueva aplicación móvil con todos los servicios necesarios y que incluirá además la billetera móvil.

Desde el 2020, la Superintendencia de Economía Popular y Solidaria planteó la suscripción de convenios de asociación, como una estrategia de fortalecimiento del sector que incentive la transformación digital, y promueva la integración y cooperación entre estas entidades financieras.

De acuerdo con información de la Superintendencia, una de las necesidades principales de los socios es el acceso a servicios financieros digitales, y que estos se adapten a sus requerimientos a un costo asequible. Otro requerimiento es contar con acceso a los servicios financieros digitales en zonas de alta ruralidad y en poblaciones de alta pobreza.

Financoop es una institución financiera cooperativa de segundo piso, que provee productos y servicios financieros especializados, para los requerimientos de sus 131 instituciones socias.

Uno de sus proyectos es el uso de una plataforma para los servicios virtuales, como solicitudes de créditos, compras, transferencias, pagos, entre otros. Esta opción tiene cerca de dos años y 24 cooperativas del Ecuador ya usan sus servicios.

Comercio y agricultura, con mayor atención

Redacción Guayaquil (I)

Las cooperativas de ahorro y crédito se han convertido, en el último año, en un instrumento más para dotar de liquidez al sector productivo, en medio de la crisis ocasionada por la pandemia.

Tener capital para invertir en nuevos proyectos y mantener a flote los negocios son dos de los principales destinos de los créditos que han otorgado el sector Financiero Popular y Solidario para la reactivación de los negocios.

La actividad agrícola es uno de los principales segmentos que demanda créditos de las cooperativas. Foto: archivo LÍDERES

La actividad agrícola es uno de los principales segmentos que demanda créditos de las cooperativas. Foto: archivo LÍDERES

Entre marzo del 2020 y febrero del 2021 se han colocado USD 2 301 millones entre productos comerciales, microcréditos y especializados para pymes en el país. De esa cifra, el 91,9% fue otorgado a través de microcréditos y el resto en los demás productos.

Los segmentos que más han accedido a estos préstamos son el de comercio al por menor, agricul­tura, manufactura, construcción y transporte.

Para Valeria Llerena, directora Ejecutiva de la Red de Instituciones Financieras de Desarrollo (RFD), las cooperativas representan una opción más cercana del sistema financiero para las personas insertadas en actividades productivas que requieren capital para seguir trabajando.

Uno de los beneficios que ofrece el sector Financiero Popular y Solidario son los plazos con menores garantías, explica Esteban Correa, subgerente comercial de Cooperativa Andalucía. “Eso permitió que el socio pueda tener una cuota adaptable a la nueva situación financiera que pudo verse afectada por la pandemia”, dijo.

En ese sentido, las operaciones concedidas para fines productivos por las cooperativas se han destinado, en el último año, a fondos para la adquisición de activos fijos tangibles, como equipos, maquinaria, terrenos, edificios y otros bienes que no constituyen bienes de capital.

Henry Toral, representante de la empresa arrocera Kuska, considera que el aporte de este segmento a la reactivación económica ha sido vital. “Los pequeños productores han repuntado en sus actividades con los fondos otorgados por las cooperativas”, señala la representante de la firma.

Desde el sector, también se ha procurado minimizar las pérdidas que pueden derivarse del impago de los créditos afectados por la crisis sanitaria. Para el efecto, las entidades han trabajado en dos ejes: la colocación y la recu­peración de créditos.

Es así como en los mecanismos y los procedimientos asociados con la colocación de recursos se procura conceder préstamos bajo condiciones adecuadas, que permitan que los beneficiarios de estos dineros honren sus obligaciones y no caigan en mora.

Por otra parte, la aplicación de mecanismos de alivio financiero ha permitido modificar las condiciones iniciales de concesión hacia nuevas condiciones que se ajusten a la capacidad de los deudores (ingresos) y, con ello, puedan pagar regularmente sus créditos y no caigan en mora.