El cultivo de la palma genera ingresos estables a partir del tercer año de sembrada.  En las fincas con producción se trata de combatir las plagas a partir de prácticas responsables. Fotos: Juan Carlos Pérez para LÍDERES

El cultivo de la palma genera ingresos estables a partir del tercer año de sembrada. En las fincas con producción se trata de combatir las plagas a partir de prácticas responsables. Fotos: Juan Carlos Pérez para LÍDERES

El sector palmicultor va por una certificación

9 de mayo de 2017 15:41

Los actores de la cadena de producción del aceite rojo de palma africana se trazan nuevos retos para posicionar el excedente de este producto ecuatoriano en los mercados internacionales.

La meta de este sector es conseguir una certificación internacional que le permita ampliar sus exportaciones, principalmente a Europa que ya anunció que a partir del 2020 solo piensa adquirir aceite certificado.

El año pasado el país colocó el 10,76% de sus excedentes de este aceite en la Unión Europea, es decir 37 621 toneladas métricas (t), según cifras de la Fundación de Fomento de Exportaciones de Aceite de Palma (Fedapal).

De esa forma, Europa se constituyó en el tercer mercado más importante para los palmicultores ecuatorianos.

En primer lugar se ubicó Colombia (188 894 t) seguido de Venezuela (39 209 t).
Para alcanzar mejores niveles de exportación, Ecuador firmó el 29 de marzo pasado un acta de compromiso que busca conseguir la Certificación Jurisdiccional de la Mesa Redonda para la Producción de Palma Sostenible, RSPO por sus siglas en inglés.
Se trata de una normativa que tiene un alcance nacional, pero en lo posterior da lugar para obtener la que rige a escala mundial.

Esta certificación exige a toda la cadena de actores de la palma cumplir estrictamente la normativa legal vigente en el ámbito ambiental, laboral, social, de transparencia de información...

Los actores involucrados en buscar esta certificación jurisdiccional son los ministerios de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca (Magap) y de Ambiente.

Además, la Asociación Nacional de Cultivadores de Palma Aceitera (Ancupa), Fedepal, Conservación Internacional, World Wild Fund for Nature – WWF, grupos productores y procesadores privados y organizaciones de la sociedad civil.

El director Ejecutivo de Fedapal, César Loaiza, participó en la suscripción de este convenio. Él señala que actualmente en el país hay una fuerte convicción para conseguir la Certificación Jurisdiccional RSPO gracias al compromiso del Gobierno Nacional, la sociedad civil y los actores de la cadena productiva.

Los involucrados mantienen diálogos permanentes con la idea de conformar un comité nacional para, en lo posible, lograr los compromisos que se tendrán que sellar con la firma de un Acuerdo Ministerial,

La meta es que en el 2020 el 50% de la producción nacional cuente con esta certificación.
En el 2016, Ecuador exportó

349 569 toneladas de aceite rojo de palma a 24 mercados extranjeros.

Eso significó que el 61,91% de la producción se colocó a escala internacional, mientras que el 38,09% restante fue para el consumo interno, asegura Fedapal.

Según el Magap, la búsqueda de una certificación internacional “constituye una gran motivación para continuar con la transformación de la cadena de palma aceitera, de manera productivamente eficiente, ambientalmente sostenible y socialmente incluyente”

Carol Chehab, subsecretaria de esta Cartera, recordó que en el 2014 se puso en vigencia el plan de mejora competitiva de la palma aceitera para el desarrollo agroindustrial del sector.

Una muestra de esto es el compromiso para la búsqueda de la certificación RSPO, agrega.

En gremios como Ancupa, también se trabaja en el tema. Sus directivos tienen en marcha un plan de mejora competitiva de la palma para duplicar la producción de aceite de palma, triplicar las exportaciones y aumentar plazas de empleo, según las metas de esta organización.