La empresa produce de 8 000 a 10 000 prendas de ropa de trabajo al mes y comercializa cerca de 3000 unidades de equipos de protección para trabajadores. Foto: Alfredo Lagla / LÍDERES

La empresa produce de 8 000 a 10 000 prendas de ropa de trabajo al mes y comercializa cerca de 3000 unidades de equipos de protección para trabajadores. Foto: Alfredo Lagla / LÍDERES

La seguridad industrial es lo suyo

22 de mayo de 2017 12:40

A finales de la década de los 90, los equipos de seguridad industrial aún eran percibidos como un gasto por buena parte de las empresas del Ecuador, a excepción de las multinacionales, que debían cumplir con estos requisitos por políticas internas.

En un mercado que aún no daba la importancia necesaria al tema de seguridad industrial y en medio de un país que estaba por entrar a la dolarización, surgió en diciembre de 1999 la empresa Prunex, dedicada hoy día a la producción y comercialización de equipos de seguridad industrial.

La empresa nació como un emprendimiento de Andrés Rojas, ingeniero comercial, y su madre Mariana Loza, experta contable y actual gerenta de producción y comercial de la compañía.
La idea inicial fue la creación de una planta de mascarillas. Pero tras evaluar el mercado se dieron cuenta que resultaba más rentable importar el producto y comercializarlo en el país.
La demanda de los clientes llevó a la diversificación del portafolio hacia otros accesorios de seguridad, como botas, guantes, gafas, cascos, tapones auditivos… Productos que eran importados o comprados localmente.

Fue así como el negocio se especializó en la comercialización de Equipos de Protección Personal (EPP), accesorios diseñados para evitar que los empleados tengan contacto directo con factores de riesgo, que puedan ser causantes de lesiones o enfermedades.

Prunex ofertaba sus productos en función de la demanda de sus clientes, que hasta hoy están en los sectores automotriz, energético, transporte terrestre y aéreo, logística, entre otros.
En 2006 incursionó en la confección de ropa de trabajo y uniformes, con una nueva compañía, de nombre Horeb, y la instalación de una planta en el piso más bajo de una casa de cuatro pisos, donde se ubican las oficinas de Prunex.

El pasado jueves, mujeres de diferentes edades –entre 18 y 60 años– estaban sentadas concentradas frente a máquinas de coser en la producción de unas chompas tono amarillo fluorescente para la empresa de transporte aéreo Swissport.

En una parte de la planta, se ubicaba la máquina para cortar telas junto a los cortes de jean y bolsillo de pantalones para los uniformes de Swissport; mientras que en otro punto, un hombre colocaba los broches a las chompas con una máquina especializada.

Las telas son importadas desde Estados Unidos, Asia y Sudamérica. Desde 2012, no solo importan las telas, también las comercializan. Para este nuevo giro de negocio registraron la empresa Textiles Los Andes.

También trabajan con 30 proveedores locales. Uno de ellos es la empresa de telas Sintofil, desde hace seis años. “Prunex es una empresa seria y responsable. Tenemos muy buena relación”, subraya Gabriela Rosales, gerenta comercial de Sintofil.

Al mes, la firma de seguridad industrial produce entre 8 000 y 10 000 prendas de ropa, entre camisas, pantalones, overoles, capuchas, gorras, rodilleras, chompas, chalecos... En equipos de protección personal, comercializa 3 000 unidades al mes.

La facturación de Prunex en 2016, fue de USD 700 000, lo que representó una caída importante para la empresa que en los dos años anteriores había facturado alrededor de USD 1,8 millones.

Andrés Rojas, gerente general, lo atribuye a la situación económica del país, que afectó a sus clientes y en consecuencia a Prunex como proveedor.

“El sector petrolero disminuyó mucho su participación. También, los sectores automotriz y de la construcción. Todo el mundo tuvo que aguantar la recesión”.

Para este año la meta es la recuperación. Rojas señala que posiblemente para el primer semestre alcancen a vender lo que facturaron en todo 2016.

A la fecha, la compañía suma más de 100 clientes. A la empresa de servicios petroleros Tuscany la proveen de overoles para sus trabajadores desde hace tres años. Óscar Garcés, comprador, señala que el servicio de Prunex es muy bueno en estándares de calidad y puntualidad en la entrega.

Con Dygoil, otra firma de servicios petroleros, la relación es de 17 años. La entrega es de cuatro a seis pedidos mensuales en ropa de trabajo y equipos de seguridad industrial. “Los productos son muy buenos y el servicio es excelente”, indica Juan Carlos Cordobés, del área de adquisiciones.