Foto: Ingimage

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Llega la temporada de la contratación inteligente

5 de octubre de 2018 11:47

En los últimos tres meses del año el número de trabajadores aumenta con relación a otras temporadas. Es la época de mayor dinamismo empresarial en el país.

Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), en diciembre del año pasado hubo 3,4 millones de personas con empleo pleno a escala nacional. Esto implica 304 530 trabajadores más que en el primer trimestre del 2017.

Durante esta época se abren plazas de trabajo temporales para atender las necesidades de compañías que se encuentran, principalmente, en los sectores de comercio, servicios, hotelería y turismo, alimentos, entre otros.

Eddy Troya, gerente de la consultora de recursos humanos Human Plus, explica que se debe realizar una contratación inteligente de este personal pues las organizaciones necesitan que se adapte al ritmo de forma rápida.

Para ello, los procesos de contratación deben arrancar a inicios de octubre. Usualmente, demoran como mínimo una semana y deben tener cinco momentos: reclutamiento, evaluación, entrevistas, selección y definición. “Todo debe ser de manera técnica y con tiempo. Hay que planificar”.

Una vez que se emplee a la persona, se debe aclarar que se trata de trabajos que no se extenderán más allá de fin de año. Además, se debe comentar al empleado que son tiempos en los que la exigencia crece, que el ritmo de labor es mayor con relación a otros meses, que hay tareas fuera del horario regular, entre otros aspectos.

Todo debe quedar legalizado a través de un contrato. Iván Nolivos, abogado en derecho laboral, explica que el Código de Trabajo establece para estos casos aquellos de temporada.

“Son contratos para trabajo cíclico o periódico. El personal que se emplee bajo esta modalidad debe regresar a trabajar en la misma temporada del siguiente año. Si no se los llama se produce un despido intempestivo”, señala.

De ahí que la compañía debe buscar a la persona para recontratarla. Si no se la encuentra, a pesar del envío de correos electrónicos o llamadas, termina la relación laboral; si el empleado decide ya no trabajar de esta manera debe presentar su renuncia.

El pago lo establece la tabla sectorial de cada año. Por ejemplo, en el sector comercial un vendedor junior debe ganar USD 395,72 mensuales y un supervisor 399,19.

Para determinadas áreas productivas, sin embargo, existen contratos especiales que se crearon a través de acuerdos ministeriales; es el caso del turismo.

El documento 73, del 10 de mayo de este año, estableció dos modalidades: contrato de trabajo especial por evento a jornada parcial discontinua y contrato de jornada especial completa.

Diego Utreras, director ejecutivo de la Federación Hotelera del Ecuador (Ahotec), explica que la modalidad que más aplicación tendría para eventos es la primera. “Permite contratar a las personas de acuerdo a la demanda. Los meses altos son fines de noviembre y diciembre (...) Los trabajadores pueden incorporarse por un tiempo o por un número de eventos, dependiendo cual se cumpla primero”, explica Utreras.

Los hoteles, restaurantes o centros de banquetes cuentan con una base de datos de trabajadores a los que convocan para la época de más demanda. Son personas que ya tienen experiencia, por lo que los procesos de contratación son más ágiles.

Otros negocios como el de venta de licor realizan contrataciones a partir de este mes. Estos empleados, quienes principalmente son reclutados para el área de ventas, se quedan hasta fin de año.

Eddy Castillo, presidente de la Federación Nacional de Distribuidores de Licores del Ecuador, explica que, usualmente, los negocios reciben durante todo el año hojas de vida de parte de personas que se acercan a buscar empleo en estos locales. Lo común es que trabajen bajo servicios profesionales (facturación).

A escala general, Adriana Toro, directora comercial de la consultora Adecco, sucursal Quito, explica que es importante que antes de contratar se definan los cargos que se busca. Luego se debe empezar con el reclutamiento.

Aunque no se contrate se puede conocer potenciales candidatos para ser empleados a futuro. El trabajo en esta temporada genera oportunidades para las personas que buscan su primera experiencia profesional o pasantía.

“Con menos de 20 días no se puede trabajar en reclutamiento. Mientras más se anticipe uno es mejor. Hay que empezar a ver cargos críticos desde el primer día del último trimestre”, indicó.

Entrevista al especialista

Arturo Castillo 
Profesor de yoga y experto en RR.HH

Empleados temporales o de relleno

Los números son todo en los negocios. Se acepta su tiranía, de buena o mala gana. Se buscan soluciones cuando las cifras son negativas. El problema es de todos. Hay que dar pelea.

A estas alturas del año, los números empiezan a hablar por sí mismos. Algunas empresas se juegan la vida este último trimestre.

Por suerte, se viene una de las épocas más dinámicas de la economía. Se debe echar el resto; usar toda la imaginación, las estrategias más efectivas de mercadeo, promocionar los productos estrella, brindar excelencia en el servicio a cliente. Todo ello con la intención de nivelar la balanza, o para mantener el rumbo que ha dado resultados positivos los trimestres anteriores.

Un aspecto vital es la contratación de personal temporal, capaz de que el cambio de ritmo, la creciente demanda de la época navideña, los horarios extendidos, no tomen desprevenidas a las empresas.

Los trabajadores temporales no son de relleno; su selección debe ser cuidadosa, pensando en las necesidades reales, en las destrezas que exigen las tareas. Una capacitación básica, un proceso de inducción y ambientación, de asimilación al equipo laboral, son fundamentales.

Ocurre muchas veces que los trabajadores ‘golondrina’ están igual o mejor capacitados que los empleados de planta. Puede que varios de ellos se conviertan en un aporte insospechado.

Se trata de un procedimiento inusual, pues las empresas tienen la oportunidad de observar el desempeño de los trabajadores temporales en medio del ajetreo, del estrés de fin de año. Es una especie de evaluación ‘en vivo’, que permite medir el potencial de los empleados ocasionales.

Si las compañías estaban a la caza de talentos, esta es la coyuntura perfecta.