Su centro de atención está en el norte de Quito. Allí realizan terapias alternativas naturales, sobre todo a pacientes con enfermedades degenerativas. Foto: Julio Estrella/El Comercio.

Su centro de atención está en el norte de Quito. Allí realizan terapias alternativas naturales, sobre todo a pacientes con enfermedades degenerativas. Foto: Julio Estrella/El Comercio.

Dan terapias alternativas y naturales con cannabis

30 de mayo de 2022 14:13

Se creó como un centro especializado en endocanabinología. Tienen tres productos en el mercado y dos de ellos se exportan hacia Estados Unidos.

Lizbeth Fajardo y José Vicencio están unidos por varias cosas, pero una de las principales es su pasión por el uso de plantas medicinales y de cannabis para terapias de medicina alternativa.

Estos esposos se dedicaron a la investigación del uso de plantas y tratamientos como medicina alternativa y natural para diferentes tipos de enfermedades, sobre todo crónico-degenerativas.

“Nos casamos muy jóvenes y empezamos a ver qué rumbo darle a nuestra vida”, dice Fajardo, quien es ingeniera comercial y dedicó gran parte de su vida a trabajar en el sector privado y ahora gerencia el centro Mayu Ecuador. Es el primer sitio de desarrollo de medicina natural y alternativa, especializado en el uso de cannabis medicinal.

Su sueño se inició hace 14 años con un centro de tratamiento en la parroquia de Nanegal, en el noroccidente de Quito. Allí, Vicencio, un doctor honoris causa por la Universidad Univer, de México, colecciona plantas de diferentes partes del mundo y las estudia para descubrir sus propiedades terapéuticas.

Ese espacio también se utilizaba para realizar talleres de fitoterapia, musicoterapia y uso de medicina nacional con expertos ecuatorianos y extranjeros.

Hace cinco años abrieron un primer consultorio en el centro-norte de la capital, de la mano de algunos médicos neurólogos que empezaron a ver los efectos que tenía el uso de estas plantas en los pacientes, comenta Vicencio.

Al mismo tiempo iniciaron su activismo público para promover la regulación del uso medicinal del cannabis. Participaron en diferentes marchas, investigaciones, charlas en la Asamblea Nacional, simposios... que ayudaron a que el consumo medicinal de esta planta sea legal en el país.

Así formalizaron su emprendimiento como la idea de constituirse en un centro especializado en endocanabinología. Según Fajardo, su negocio empezó a crecer por la publicidad “de boca a boca”, es decir que tenían cada vez más pacientes recomendados por personas que veían mejoras en su estado de salud al consumir sus productos.

Uno de los objetivos del centro es dar acompañamiento a los pacientes para el consumo de productos con cannabis. Por ejemplo, desarrollaron un software específico que les permite controlar el historial médico del paciente, sus condiciones físicas y mentales, historial patológico de la familia, problema de drogas, entre otros temas.

Los registros sanitarios los obtuvieron luego de que se publicó la licencia para producción de derivados de cannabis en Ecuador. Eso les permitió ingresar a grandes cadenas de supermercados para vender sus dos principales productos. Además, cuentan con más de 40 distribuidores a escala nacional.

Para la producción importan desde California entre 10 y 15 kilos mensuales de aceite de cannabis. Mientras que el resto de materia prima se consigue con proveedores ecuatorianos y Vicencio se encarga de crear las fórmulas.

Actualmente, venden tres productos: el más consumido es chocomédical, una barra de chocolate con 50mg de CBD que sirve, principalmente, para bajar los niveles de estrés y ansiedad. También, fabrican gomitas que funcionan como un suplemento nutricional.

El tercero es un aceite de cannabis que tiene propiedades antiinflamatorias. Los dos primeros son de libre consumo, mientras que el aceite requiere prescripción médica.

Su chocolate llegó al exterior en octubre del año anterior, cuando exportaron 700 unidades hacia Nueva York y California. El contacto se hizo de manera virtual por medio de los programas de educación que realizan. Ahora, tienen en cartera ocho productos para obtener registro sanitario.

Su inversión inicial ascendió a los USD 20 000 para abrir el Centro Mayu y, según Fajardo, han tenido que invertir más en infraestructura y nuevas investigaciones.