La empresa cuenta con una receta especial para la preparación de los perniles. Se usa una técnica tradicional. Los productos no tienen transgénicos. Foto: Diego Pallero / LÍDERES

La empresa cuenta con una receta especial para la preparación de los perniles. Se usa una técnica tradicional. Los productos no tienen transgénicos. Foto: Diego Pallero / LÍDERES

Una tradición culinaria se prepara con sus productos

8 de septiembre de 2020 11:35

Los tradicionales sánduches de pernil del centro de Quito tienen el sello de Perniles del Campo.

Esta empresa quiteña nació hace 30 años y desde entonces se ha convertido en uno de los principales proveedores de restaurantes históricos en la urbe. Hace dos años, cuatro socios (Oswaldo Ramos, ManuelMantilla, Danilo Cuji y Ernesto Quintana) la compraron a sus dueños originales y la transformaron, modernizándola.

Ramos es el gerente General y detalla que vieron un alto potencial en este negocio. Aunque sus expropietarios tenían problemas económicos, la firma sí vendía; operaba como persona natural.

“Nosotros la compramos y la constituimos como empresa”, dice el Gerente. Los nuevos propietarios mantuvieron la marca, pero refrescaron su imagen; reforzaron todo lo relacionado con registros sanitarios; actualizaron la estrategia de marketing a través de redes sociales, entre otras acciones.

La inversión inicial fue de USD 40 000 para la constitución de la compañía limitada, los permisos, el mejoramiento de la marca, etc. También se decidió cambiar de planta de producción: inicialmente estaba en el sector de la América y ahora en La Mariscal.

Los cambios en la infraestructura requirieron una inversión adicional de USD 50 000. El objetivo, dice Ramos, es ofrecer alimentos de calidad con los mayores estándares de fabricación.

Socios y equipo de trabajadores de Perniles del Campo muestran algunos de los productos que forman parte de su oferta.

Socios y equipo de trabajadores de Perniles del Campo muestran algunos de los productos que forman parte de su oferta.

El principal producto de esta empresa es el pernil de cerdo artesanal; también de pollo y pavo. La última innovación son las costillas con corte americano. La firma tiene tres proveedores de carnes.

Antes de que los socios compraran el negocio, este vendía al mes unos 200 kg. Actualmente, alcanza la tonelada en dicho período.

La oferta de Perniles del Campo se vende en dos cadenas de autoservicio de Quito; la firma está por comenzar a comercializar en dos más de Guayaquil y Cuenca. Además, cuenta con distribuidores independientes que llevan sus productos a otras provincias; también vende en tiendas.

El poder colocar sus alimentos en estos negocios fue lo que le permitió a la empresa mantenerse en la pandemia; la venta a estos sitios, de hecho, se triplicó. A pesar de la difícil situación de los últimos meses, ha podido mantener a sus clientes del Centro Histórico.

Uno de ellos es la Heladería San Agustín, que tiene 160 años de existencia. Andrés Chaguaro, gerente del lugar, recibe productos de Perniles del Campo desde hace dos años. “Destaco el servicio al cliente. Me gusta el sistema a través del cual ellos nos llaman continuamente para saber si tenemos requerimientos y nada falte”.

Este negocio compra perniles laminados para sus sánduches tradicionales; se les entrega la carne de acuerdo con sus requerimientos: bandejas de 400 gramos, para porcionar. También adquiere piernas de pernil para eventos durante las fiestas de diciembre.

Un elemento que destaca es que Perniles del Campo prepara sus productos de manera artesanal. Precisamente, Ramos explica que sus productos no contienen gluten ni transgénicos; están orientados a la línea saludable.

De hecho, para 2021 se prevé una nueva inversión en maquinaria para la preparación de embutidos totalmente artesanales.

Con sus productos, la empresa también llega directamente a sus clientes a través de su punto de venta, ubicado en La Mariscal. Incluso, se ofrece a las personas sánduches de pernil. Otro servicio es el horneado de pavos, piernas y lechones; el comprador puede traer el producto o solicitarlo directamente a la empresa.

En el caso de la venta al granel, la compañía ofrece al cliente la posibilidad de entregarle bolas de pernil cortadas, empacadas al vacío, al peso o con cualquier otro requerimiento que se tenga.

Esto lo destaca María Augusta Espinoza, propietaria de Heladería Caribe, quien compra el producto en bola. Ella ha trabajado con Perniles del Campo desde hace 15 años, cuando estaban sus anteriores dueños. Le gusta la modernización que ha tenido la firma y la calidad de sus productos, ideal para sus sánduches.

Ramos y sus socios no solo quieren atender el mercado nacional sino internacionalizarse. La firma ha tenido contactos para la exportación a Colombia y Perú; también hay interés por los EE.UU.