En la comunidad de El Juncal, en Ibarra, José y Leticia Maldonado son dos de los 20 integrantes de Asociación de Productores Agrícolas Mirador. Foto: José Luis Rosales / LÍDERES

En la comunidad de El Juncal, en Ibarra, José y Leticia Maldonado son dos de los 20 integrantes de Asociación de Productores Agrícolas Mirador. Foto: José Luis Rosales / LÍDERES

La tuna, alternativa de 20 campesinos

13 de febrero de 2019 09:39

Las hojas verdes de la tuna, que se asemejan a una raqueta de tenis, resaltan en las montañas semidesérticas de la comuna El Juncal, en el norte de Ibarra (Imbabura).

Unos 20 integrantes de la Asociación de Productores Agrícolas Mirador El Juncal (Asopromir) se dedican, desde hace 15 años, a poblar las lomas vecinas con estas plantas que florecen en la zona.

Actualmente tienen sembradas un total de 80 hectáreas. De esas, unas 38 están en producción.

Desde este sector hay una vista privilegiada del valle cálido, que lo baña el río Chota.

Los primeros miembros de Asopromir trasladaron a hombros las primeras semillas, pues no había una vía carrozable. Hoy cuentan con un camino de tierra.

José Maldonado, líder de la organización, también recuerda que fue el ingeniero Manuel Zuquilanda quien les incentivó para que incursionen en este cultivo.

Incluso, llevó algunas semillas que luego se propagaron por los terrenos . En el país florecen cuatro variedades de tuna: amarilla sin espina, amarilla con espina, blanca y silvestre. Ésta última se desarrolla mejor en El Juncal.

La mayoría de agricultores no tenía conocimiento sobre esta planta, por eso las primeras matas se sembraron solamente en los filos de las huertas.

Sin embargo, con el apoyo del Centro de Investigaciones Familia Negra (Cifane) se masificó el cultivo en esta zona. Los campesinos también recibieron capacitación y asistencia técnica para la cosecha y postcosecha.

Además, recibieron semillas, abonos y apoyo en la construcción de reservorios de agua para hidratar las plantas, pues no cuentan con un canal de riego.

A Marco Borja, otro de los socios de Asopromir, le sedujo la idea se sembrar las pencas por las propiedades alimenticias que posee. Se refiere al fruto rico en calcio, hierro y vitamina C.

Lleva 10 de sus 55 años dedicado a este cultivo. Tiene dos hectáreas en producción. Explica que cosecha dos veces al año. La primera se extiende de diciembre a marzo. La otra, de junio a agosto.

Cada hectárea produce 400 cajas semanales de tunas. Una empaque, de 18 kilos, se comercializó la última semana en USD 6 en los mercados locales.

Una de los inconvenientes es la falta de canales de comercialización de la tuna, pues el mercado se ha tornado inestable.

Por eso, socias como Leticia Maldonado, que ingresó a la agrupación hace tres años, es una de las personas que promueve entre los campesinos que se le de un valor agregado a la fruta.

La agremiada creó la microempresa Tunapal, que se especializa en la elaboración de mermeladas. Esta contadora de profesión promociona y comercializa sus artículos en ferias.

Ahora espera concretar ayuda de entidades públicas y privadas para poder aumentar la producción de los derivados del nopal.

Otro de los objetivos de la Asociación de Productores Agrícolas El Juncal es contribuir a mejorar el ambiente. José Pérez asegura que ahora las lomas se van tiñendo de verde por lo que han regresado algunas especies de animales.

Más datos


La cochinilla.  Este parásito que se propaga en las planta no es aprovechado por los campesinos.

Producto.  La sangre seca de la cochinilla puede usarse como colorante para la fabricación de cosméticos y alimentos.

El FEPP.  Donó a la organización una máquina eléctrica que realiza la limpieza de los frutos.

Prefectura.  Imbabura apoya a trasladar agua a los reservorios.

Iniciativa.  Asociación de Servicio Turístico Senderos Juncal.

Oferta.  Incluye visita a la plantación de tunas, caminatas por las orillas del río, danza y música.