Una ayuda para armar el presupuesto nuevo es revisar los anteriores para incluir o descartando rubros. También sirven las declaraciones de impuestos

Una ayuda para armar el presupuesto nuevo es revisar los anteriores para incluir o descartando rubros. También sirven las declaraciones de impuestos. Foto: Freepik.es

Hoy es urgente rehacer el presupuesto

6 de mayo de 2020 10:38

Luego de la pandemia del covid-19 ningún presupuesto que se haya elaborado con anterioridad sirve por dos razones: los ingresos, para la mayoría de la población, son inferiores a los del inicio del año y las condiciones de vida se transformaron.

Ante ello es urgente elaborar un nuevo presupuesto acorde a las realidades financieras actuales. “Es el única herramienta que nos va a permitir mirar hacia adelante y evitará que vivamos solo de la percepción”, explica la ‘coach’ y asesora financiera Sonia Vélez.

Es en este mes de mayo, cuando la realidad económica se hizo tangible ya que los ingresos de mucha gente se redujeron porque recortaron sus salarios, porque dejaron de vender o porque no pudieron cobrar comisiones por falta de comercio durante abril.

Sonia Zurita, catedrática de economía de Graduate School of Management (Espae) de la Escuela Politécnica del Litoral (Espol), explica que el nuevo presupuesto se debió elaborar en marzo, apenas arrancó la cuarentena. Sin embargo, si no se lo hizo, con un panorama más claro de los nuevos ingresos hay que empezar ya. Para Vélez, el 15 de mayo sería una fecha tope para tenerlo listo.

El primer paso es sincerar los ingresos de la familia. “La parte más dura -en cuanto a reducción de dinero que entra- será entre los primeros tres y seis meses de la crisis. Con un panorama claro habrá que ordenar los rubros comprometidos, deudas anteriores y gastos nuevos”.

El presupuesto, en hoja de ­cálculo o en papel, debe tener en su tabla de ingresos lo que recibe cada integrante de la familia, con y sin relación de dependencia.

En el segmento de gastos se deben colocar cosas que no se pueden obviar como alimentación, educación, servicios y vivienda; en este último caso, si se llega a un acuerdo de ajuste con el arrendatario, hay que colocar el nuevo valor en el presupuesto.

También se deben incorporar gastos que llegaron a la vida de todas las personas, como la compra de mascarillas, guantes, alcohol, etc. Zurita señala que, aunque no todos puedan hacerlo, se debe ­armar un fondo mínimo para temas de salud; también, si es posible, presupuestar un seguro médico privado.

Diego Egas, docente de la maestría en Finanzas de la Universidad de las Américas, explica que otro por otro lado se deben quitar del presupuesto todos los gastos no necesarios para la vida diaria: salidas a comer fuera, viajes, etc.

Un rubro diferente dentro del presupuesto es aquel para las deudas. Estas incluyen tarjetas de crédito, hipotecas, créditos de consumo; si no es posible pagarlas, Egas considera que se deben renegociar o acercarse a las entidades a mostrar el interés de pago.

“Si dejo de lado compromisos establecidos voy a dañar mi historial crediticio. Los bancos y otros acreedores van a tenerme como mal pagador y cuando necesite algún tipo de financiamiento no me lo van a volver a dar”.

Vélez, por su parte, considera que no se debe renegociar porque el valor de la deuda crece y se extiende el plazo de pago; la idea es salir de las obligaciones. Un ajuste al presupuesto para obtener liquidez puede venir del lado de los ingresos: desarrollar un emprendimiento, buscar un trabajo adicional, etc.

Zurita agrega que sólo se deben aceptar las ofertas de periodos de gracia sea en deudas con
el sistema financiero, arriendos o montos por servicios básicos, según la necesidad de liquidez de la familia.