En los talleres de la empresa Lily Toy’s se aplican todas las medidas de bioseguridad, como el distanciamiento social, el uso de la mascarilla y más. Fotos: Glenda Giacometti /LÍDERES

En los talleres de la empresa Lily Toy’s se aplican todas las medidas de bioseguridad, como el distanciamiento social, el uso de la mascarilla y más. Fotos: Glenda Giacometti /LÍDERES

La venta de peluches tiene un cambio de estrategia

14 de octubre de 2020 13:26

La comercialización de peluches bajo catálogo y a través de las redes sociales es la estrategia que aplicaron los esposos Valeria Ortega y Marcelo Sevilla, socios y fundadores de la marca Lily Toy’s. Ellos apostaron a esta iniciativa para salir de la crisis provocada por la pandemia.

Los ejecutivos de la empresa ambateña aplicaron esta forma de promoción de sus productos como alternativa para no dejar en la desocupación a 50 colaboradores; la mayoría de ellos amas de casa.

La propagación de covid-19 y las cuarentena obligatoria hizo que la fabricación y venta de sus productos -como los osos gigantes, medianos, pequeños, cojines en forma de dona y pastelitos, unicornios, cerditos y sandalias para todos los gustos y colores- se paralizara entre marzo y junio de este año. La pareja, durante el confinamiento, planeó el proyecto y lo expuso a sus colaboradores. 25 aceptaron la iniciativa que arrancó con talleres de capacitación virtual en ventas y marketing. En la actualidad, más de 100 personas son parte del negocio.

Valeria Ortega, gerenta de Lily Toy’s, recuerda que luego de tres meses de arduo trabajo, la marca volvió a salir a flote. Las ventas por este sistema de emprendimiento aumentaron y más personas se sumaron a la promoción, especialmente mujeres que se quedaron sin empleo en todo el país. “Ellas pueden vender los productos al por menor y mayor”.

En lo que va de este año, la empresa logró facturar USD 113 562. Además, en septiembre de este año se abrió un ‘showroom’ en la ciudad de Guayaquil para que la gente conozca sus productos y se sumen más amas de casa a las ventas por las redes sociales.

La historia del emprendimiento se inició con la apertura de un pequeño taller en el 2008, en la parroquia Atocha, norte de Ambato. Ortega recuerda que sus padres vendían tarjetas y peluches en un almacén que tenían en el centro de la ciudad. Y fue cuando decidieron ingresar a este negocio como fabricantes. La inversión inicial fue de USD 5 000.

Con los recursos compraron máquinas, una troqueladora, materia prima y otras herramientas. El negocio familiar arrancó con la confección de muñecas de trapo, que tuvieron demanda en el mercado. Los pedidos aumentaron a 250 muñecas mensuales, por eso contrataron a seis colaboradoras. “Fue una alegría que nuestro producto tuviera acogida en el mercado local, por su calidad y un bajo precio”, dice Ortega.

Para expandirse a escala nacional, su esposo Marcelo Sevilla comenzó a recorrer todo el país promocionando la muñeca, que tiene detalles como en el vestuario y mensajes como: “Te quiero”, “te amo” y más frases.

Valeria Ortega y Marcelo Sevilla, socios y fundadores de la marca Lily Toy’s, en la ciudad de Ambato. Producen osos de peluche y más.

Valeria Ortega y Marcelo Sevilla, socios y fundadores de la marca Lily Toy’s, en la ciudad de Ambato. Producen osos de peluche y más.

En el 2012, el taller y la producción de juguetes de felpa crecieron con nuevos artículos, como osos de peluche, unicornios, pantuflas y cojines. Pero el ‘boom’ se dio en el 2014, cuando empezaron a promocionar sus productos en las redes sociales. También ayudó a las ventas la prohibición del ingreso de productos importados como juguetes y muñecos.

Luego comenzaron a entregar sus productos a las grandes cadenas de almacenes y supermercados, que enviaban sus propios diseños a la confección. En la actualidad, la marca ambateña se comercializa en más de 600 locales en todo el país. “Nuestro éxito es que constantemente innovamos nuestros productos”.

En el 2015 invirtieron USD 260 000 que consiguieron a través de un crédito en una cooperativa. En la parroquia Izamba adquirieron un terreno, construyeron un galpón y lo equiparon con bordadoras, rellenadora, cargadora, troqueladoras y materia prima importada de varios países.

Una de sus clientes hace 10 años es Pinblu Detalle, en la ciudad de Manta, provincia de Manabí. Lizeth Mendoza, gerenta del local, cuenta que la demanda de peluches en los últimos tres meses aumentó en 80%, en especial cuando comenzó la venta por catálogo.

Afirma que en el momento, 12 mujeres en Manta son parte de la venta por catálogo en las redes sociales. También se abrió un local donde se exhibe cada uno de los productos de Lily Toy’s. “Es una iniciativa interesante, porque la gente compra para regalar como una forma de cariño, aprecio y amor en tiempos de pandemia”.