Leonardo Gómez / Redacción Quito
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Wilfrido Pazmiño es un maestro en el arte de la joyería

Wilfrido Pazmiño conoció la orfebrería en 1963 de la mano de su hermano mayor, en Cuenca, con apenas 11 años de edad. Cinco décadas más tarde, este artesano es reconocido como uno de los más importantes joyeros en la Atenas del Ecuador.

Guarandeño de nacimiento y cuencano de corazón. Pazmiño dejó su tierra natal cuando tenía 6 años, para radicarse en Cuenca junto a su familia. Aprendió sus primeras letras en la Escuela Abdón Calderón, en Guaranda; pero sumar, restar y multiplicar fue algo que aprendió en la Escuela Miguel Ortiz, en Cuenca.

‘Wilo’, como lo conocen su amigos más cercanos, es el cuarto de seis hermanos. Nació en abril de 1952 y creció en el seno de una familia unida de clase humilde.

Sus estudios secundarios los realizó en el Colegio Octavio Cordero Palacios, que fue cerrado en 1966 por la Junta Militar que gobernaba en esos tiempos.

De inmediato, él y sus compañeros fueron reubicados en el Colegio San Francisco, de Cuenca, pero no escarmentaron y organizaron una protesta en defensa de los sueldos de los profesores.

“Nos cerraron el colegio por revoltosos”, recuerda Pazmiño, “en el nuevo colegio protestamos por los sueldos de los profesores para que ganen más... ese año pasamos todos con buenas notas”.

En ningún momento descuidó su pasión: la joyería. Mientras maduraba, sus habilidades como orfebre aumentaron, permitiéndole abrir su propia joyería a los 15 años de edad. Se graduó del colegio en 1971 y ese mismo año se casó.

Siete años duró su primer matrimonio y producto de ello tuvo tres hijos: Pablo, Juan Esteban y Lesley.

Durante dos años y medio estudió arquitectura en la Universidad Estatal de Cuenca y otro año estudió Ingeniería Química, en la misma institución, para perfeccionarse en el dibujo y conocer los diferentes procesos químicos que podría aplicar en la joyería.

Su reputación como orfebre iba creciendo, por lo que en 1977 fue premiado por el desaparecido Instituto de Investigación con la presea “Manuel Chilí Caspicara” al Mérito artesanal; un año más tarde obtuvo una maestría en Joyería en el mismo instituto.

A causa de su traspié sentimental se trasladó a Quito y abrió una joyería a la que llamó Lesley, como su tercera hija.

Impulsado por sus estudios en minería viajó a Nambija junto con su hermano menor Luis para trabajar como minero durante cuatro años. “Encontramos oro desde 1982 hasta 1984. Incluso perdimos un compañero que quedó sepultado por las explosiones de dinamita en la mina”, recuerda su hermano.

En Quito se volvió a casar y con el nacimiento de su cuarto hijo, Adrián ‘El Quiteño’, Pazmiño dejó la actividad minera, a la que siguió estudiando en la Facultad de Ingeniería, Minas y Petróleo de la Universidad Central.

Enviudó y regresó a Cuenca. En la capital azuaya empezó a formar nuevos joyeros artesanos; también abrió la Joyería Wilo.

Oswaldo Guillén, accionista de Guillén Joyeros ha trabajado con Pazmiño desde hace 25 años. Con él diseñó varias de las joyas que utilizaron las candidatas del concurso internacional de belleza Miss Universo, que se organizó en Ecuador en el 2004.

Guillén recuerda a Pazmiño como un sabio de la orfebrería. “Yo diseño las piezas de joyería, pero Wilfrido es quien nos da las soluciones para construirlas”.

Guillén cuenta que en la década de los 80 muchos orfebres migraron a países como Italia, España... También Pazmiño viajó a EE.UU., pero un año más tarde regresó para estar con su familia.

“Menos mal Wilfrido se quedó en Ecuador, muchos migraron pero aquí se quedó el mejor orfebre”, añade Guillén. “Todo joyero en Cuenca, sea de la vieja guardia o de las nueva generación, conoce el trabajo de Wilfrido”.

Pazmiño toca la guitarra y, si el tiempo lo permite, se reúne con amigos para contar chistes y entonar pasillos, boleros y yaravíes... “Tocamos también rancheras mexicanas, pero la canción que recordamos con más cariño es A mis amigos, de Alberto Cortez”, recuerda Efraín Echeverría, amigo desde hace 30 años.

Estando en Cuenca, Pazmiño se casó por tercera vez y tuvo dos hijos más, Valeria y Josué David. Además se relacionó con diferentes gremios de joyeros y empezó a dar conferencias, talleres... Fue becario del Instituto Ítalo Latinoamericano y del Centro de Formación de Valencia, Italia, en 1994 y secretario de la Asociación de Joyeros del Azuay, en 1995.

En el 2000 obtuvo la presea “Gaspar Sangurima”, otorgada por el Concejo Cantonal de Cuenca.

Dos años más tarde se convirtió en profesor de Diseño Aplicado a la Joyería en las Técnicas de Casting, Repujado y Armado, en la Universidad del Azuay. Y en el 2003 obtuvo una licenciatura en Ciencias de la Educación.

Fabián Idrobo, alumno y colega de Pazmiño, lo recuerda como uno de los mejores profesores en el arte de la joyería.

“Es un profesor exigente y tenemos una amistad de unos 10 años. Con él aprendí el montaje de piedras, tallado, a distinguir el material adecuado para hacer anillos de grado y matrimonio, también me enseñó el reconocimiento de piedras, filigrana y repujado”, cuenta.

Entre el 2001 y el 2004, Pazmiño viajó a Pereira y Armenia, en Colombia, para dictar cursos de orfebrería.

En el 2010, a través de su página web, fue contactado por Hernán Macalupú, dueño de Cite Joyería, en Catacaos (Perú) para que capacitara a sus joyeros.

Pazmiño continúa manejando su joyería en el norte de Cuenca. Allí fabrica un promedio de 1 000 piezas de plata, factura al mes USD 3 000 en moldeado de oro y USD 2 800, en talleres.

ACERCA DE WILFRIDO PAZMIÑO

Una carrera dedicada a la orfebrería

  • En 1977. Fue premiado con la presea "Manuel Chilí Caspicara" al Mérito artesanal.
  • En el 2000. Obtiene la presea "Gaspar Sangurima", otorgada por el Concejo Cantonal de Cuenca.
  • En 1995. Fue secretario de la Asociación de Joyeros del Azuay.