Gisela Fichamba es el encargada de las venta y la recepción de pedidos. También es la modelo de esta marca. Foto: José Luis Rosales / LÍDERES

Gisela Fichamba es el encargada de las venta y la recepción de pedidos. También es la modelo de esta marca. Foto: José Luis Rosales / LÍDERES

El zapato casual y a la medida les permite crecer

18 de marzo de 2020 15:02

Uno de sus sueños era tener su negocio propio. “Quería ser mi jefe, pero no sabía qué podía hacer”, comenta Samuel Yamberla Morales. 

Este kichwa, de 28 años, está al frente de la firma Hanna Shoes, que confecciona calzado artesanal. El identificativo responde al nombre de su hija.

En el emprendimiento que empezó hace cerca de cuatro años también trabaja su esposa Gisela Fichamba.

Yamberla es oriundo de la comunidad de San Roque, en Antonio Ante, pero ahora reside en Otavalo (Imbabura). Cuando tenía 15 años abandonó los estudios del colegio y buscó trabajo para generar sus ingresos económicos.

En talleres textiles del cantón imbabureño aprendió a cortar, coser, estampar y hasta empacar las prendas. En esta rama laboró por alrededor de ocho años.

Esa experiencia le sirvió para conseguir luego un trabajo en una fábrica de confección de prendas de cuero. Para ser seleccionado como operador se guió con la técnica para coser en tela.

Sin embargo, este emprendedor explica que la confección en pieles curtida es diferente. Como anécdota cuenta que tres semanas después de empezar a trabajar pensó renunciar por varios cortes que se hizo en sus manos.

Poco a poco conoció el proceso de confección y moldeado de un zapato. Ahí afinó su habilidad para manejar las herramientas.

Luego, renunció a la factoría y empezó a confeccionar calzado solo bajo pedido. Empezó de cero. Incluso, en la venta del primer par de zapatos no pudo cubrir los gastos de material ni mano de obra.

Para instalar el taller hizo dos créditos en entidades financieras. El primer préstamo lo obtuvo con la ayuda de su hermano Mario.

El local está equipado con una máquina de coser, una fileteadora, un horno y una prensa. Ésta última fue elaborada artesanalmente. Ha invertido USD 1 5 000.

Yamberla se encarga del diseño, corte, fileteado y armado del artículo. Luego coloca la planta, lleva al horno y a la prensa.

Cuida todos los detalles. Las plantillas también son preparadas en el obraje. La etiqueta es hecha con láser. En los extremos de los cordones van colocados una pieza de metal. En un día alcanza a producir hasta dos pares.

Este artesano puede elaborar todo tipo de zapato en cuero liso, encerado, gamuza, cristal, entre otros. Los diseños casuales son los de mayor demanda.

Calcula que ha realizado unos 50 modelos. Algunos son personalizados. Hay en tonos negro, café, azul, plomo, beige.

El costo de un par de zapatos con planta de goma oscila entre USD 45 a 75. Los de suela pueden costar hasta USD 175. Todo depende del modelo y la talla.

De la atención en ventas y pedidos se encarga Gisela Fichamba. La mujer, de 24 años, explica que los artículos los comercializan en la Plaza de Ponchos.

A través de las redes sociales igualmente reciben pedidos desde Quito y Guayaquil. Fichamba asegura que los Hanna Shoes han llegado también a España.

La próxima meta es contar con puntos de venta en la Capital de la República y en el Puerto Principal. En dos semanas inician la promoción.