Noticia
lunes 03/12/2012 10:17
Ahora, Tomás Calisto, un niño quiteño de 10 años de edad puede jugar fútbol, montar a caballo y asistir a su escuela. Pero hace tres años, sus médicos no encontraban el camino adecuado para poder salvar su vida. El padecía Linfoma no-Hodgkin, un tipo de cáncer que surge en los linfocitos (una variedad de glóbulo blanco de la sangre).