Una inseguridad nos puede parar en seco. Deseamos evitar dolor y momentos incómodos. Quizá sentimos miedo o la sensación de que no seremos capaces. En todo caso, será necesario reencuadrar la situación.

“Darnos cuenta”, nos da la oportunidad de evolucionar y vivir mejor, aunque solo si logramos estar realmente presentes.

Por lo menos no si es que hablamos de lo que necesitas para llegar de A a B. ¿Cuántos de tus planes y proyectos se han quedado a medias? Fracasar con toda dignidad y aprender en el camino se vale. Lo que no vale es quedarse a medias. ¿Pero entonces por qué pasa tan seguido? Asumiendo que tu plan sea sólido, aún hay varias cosas que debemos tomar en cuenta:

Se trata de un término nuevo que la mayoría hemos vivido. Se trata de la fatiga causada por tantas reuniones en línea.

Todos tenemos sueños y objetivos y la mayoría los sacamos a flote a principios de año. Sin embargo, las investigaciones apuntan a que solo una pequeña fracción de las personas logrará sus objetivos. Para ser exactos, solo un 8%.

Somos espejo de ese niño que fuimos y aún somos. De sus vivencias, experiencias y carencias. ¿Acaso hay alguien que no lleve ese niño consigo de un lado a otro? Este último año hemos podido confirmar que un shock o una gran disrupción, tiene como efecto una revaloración de nuestras vidas. Y una de las grandes claves es buscar alineamiento en todo el sentido de la palabra: Alineamiento entre lo que somos en esencia (ese niño interior), entre lo que creemos y lo que deseamos ser. Y, sobre todo, un alineamiento práctico y coherente con lo que somos, hacemos y sentimos día a día.

Estamos a punto de graduarnos de un año extremadamente difícil, y ojalá con los merecidos honores. Se han perdido trabajos, sueños y ni pensar en las pérdidas humanas.

Para muchas personas la oficina nunca volverá a ser lo mismo. Lo que sí podemos hacer, es mejorar las condiciones del teletrabajo.

¿Cuántos km lograrías correr a una buena velocidad y poniendo todo tu esfuerzo y energía? Dependiendo de tu edad, estado físico y preparación, quizá solo un par de kilómetros. Pero con gran preparación también habrá personas que logren superar los 50. Mi máximo logro fue de casi 50 km corriendo por las montañas desde Lloa hasta Mindo y fue toda una aventura. Llegué feliz pero destrozado.

Todos los días, consciente o inconscientemente, diseñamos y creamos gran parte de nuestro futuro. Y, finalmente, “lo que diseñamos nos diseñará”, puesto que los hábitos y los esfuerzos de hoy, tendrán sus frutos mañana. No quiero ser ignorantemente optimista, porque conocemos la realidad. Pero hay que tomar en cuenta que la persona optimista ve más opciones y posibilidades que otros no ven. A veces me lo imagino como una baraja de naipes. No voy a tener la baraja de naipes de alguien en Japón, y ya por esa misma razón, no podré ser, por más que me esfuerce, primer ministro de Japón. Pero aún tengo infinitas opciones en mis manos sobre cómo jugar con mi baraja y, con mucho esfuerzo y práctica, inclusive llegar a hacer magia.

Ayer me caí, toqué fondo con un par de temas que me llegaron a frustrar y simplemente solté todo por el resto del día.

La tecnología puede ser un gran aliado, pero rara vez será la fuente de soluciones iniciales. Las soluciones, las propuestas de cambio, así como las innovaciones iniciales vienen de tu gente.

“Trabajar no es otra cosa que amar” comentaba el presidente de la Cámara Ecuatoriano Alemana y CEO del grupo Transoceánica, el Sr. Meinlschmidt hace un par de días.

Todo esto podrá parecer contraintuitivo, pero será de gran ayuda. Cuando tengas mucho que hacer, para y optimiza. Cuando tengas demasiado que hacer, planifica más espacios y momentos para recuperarte. Cuanto quieras ser más productivo o gestionar mejor tu tiempo, busca claridad y energía, antes que mejorar tiempos. Cuando quieras lograr resultados más sostenibles, ten cuidado de no enfocarte solo en el resultado.

Es la primera vez para muchos: El tener que ser sumamente creativos, recursivos y a la par, meditar minuciosamente sobre cada dólar gastado. Y esto, por obvias razones, está causando ansiedad organizacional y personal.Podríamos aprender un par de cosas de la curva del cambio organizacional, donde las etapas son: 1) negación, 2) resistencia, 3) exploración y 4) compromiso.

Tú mismo eres tu peor contrincante y tu fan favorito. Tú misma eres quien alimenta o priva tu sentir (bueno y malo). ¿En qué momento nos hicimos esclavos de la situación? Esto también pasará.

Así se llamaba un libro que leí de Jack Trout. Hoy todavía me da gusto haber leído ese libro antes que muchos otros.

Vivimos actual e indeterminadamente en una realidad Vuca: volátil, incierta, compleja y ambigua. Probablemente Vuca al cuadrado, sería más preciso.

Hace ya varios años me tocó una crisis financiera y finalmente un despido en la tercera ola de despidos de una multinacional. Me sentía devastado, preocupado y desorientado, no solo por el tema económico, sino también porque lo había sentido como una pérdida muy personal. ¿Y ahora qué?, me preguntaba.

Esa es la cuestión. El puesto no nos convierte en líderes. Son nuestras acciones y comportamientos adecuados. La mayoría del tiempo, la mayoría de “líderes”, termina administrando.