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Redacción Quito
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Ecuador cimienta un ecosistema para emprendedores

Los emprendimientos son una especie de organismos vivos, que surgen, crecen, se desarrollan y luego, según el caso, se estabilizan o desaparecen. Para crecer y ser sostenibles necesitan un ambiente adecuado, un ecosistema similar al que requiere cualquier otro organismo vivo.

Este ecosistema está integrado por un grupo de actores que facilitan el surgimiento de equipos emprendedores que generan y hacen crecer organizaciones innovadoras en una región determinada. Así define al ecosistema del emprendimiento Guido Caicedo, catedrático de la Espae Graduate School of Management, con sede en Guayaquil.

"En este entorno no solo están las empresas innovadoras, sino también aquellas entidades que dan apoyo a los emprendedores. Todos buscan sobrevivir y crecer", asegura Caicedo.

Otra definición la ofrece Javier Albuja, coordinador técnico de la agencia municipal de desarrollo económico ConQuito. Él resume al ecosistema como el conjunto de condiciones que permiten el trabajo articulado entre distintos actores y procesos que fortalecen la actividad emprendedora y de innovación.

Las definiciones de Caicedo y Albuja se complementan y permiten ilustrar el espacio que requieren los emprendedores para desenvolverse con tranquilidad. Este entorno o ambiente facilita las condiciones para el desarrollo de la actividad emprendedora, tales como la cultura, el capital humano y el capital social, añade el representante de ConQuito. No obstante, en ciertas ocasiones, ese ambiente puede resultar complicado y árido, advierte Caicedo.

Los actores de este ecosistema son emprendedores y startups. También organizaciones privadas que promueven y apoyan el emprendimiento, así como gobiernos locales y el gobierno central. Los primeros generan las ideas y son la base de este ecosistema. "Si crecen en número, aumentan las probabilidades de contar con algunas iniciativas exitosas; además, contribuyen al desarrollo de una cultura emprendedora. Y si crecen en calidad y tamaño podrán pagar consultores, incubadoras, empresas de servicios, inversionistas...", sostiene Caicedo.

Las organizaciones que apoyan a los emprendedores son las incubadoras, los inversionistas ángeles, los fondos de capital de riesgo, las universidades y las agencias del gobierno que fomentan y financian las iniciativas.

Finalmente, los organismos privados y los gobiernos son los encargados de garantizar conocimientos, crear una cultura de optimismo y tolerancia al fracaso, así como de autoconfianza, seguridad jurídica..., según los especialistas.

En Ecuador, el asunto se lo está abordando con fuerza hace al menos dos años. Una muestra es la estrategia para desarrollar un ecosistema de emprendimiento e innovación, desarrollada por la Alianza para el Emprendimiento e Innovación (AEI).

El objetivo es posicionar el Ecuador dentro de los tres países más atractivos para emprender en Latinoamérica en el 2020. También, apunta a generar un marco eficiente y equitativo que dé confianza a los emprendedores.

Entre las primeras acciones de la estrategia presentada el primer semestre de este año fue detectar siete áreas en las cuales se debe trabajar para desarrollar un ecosistema. Estas son: financiamiento, innovación, marco normativo, cultura, talento humano, mercado y asesoría.

Además, el documento sostiene que con los primeros esfuerzos público-privado, Ecuador comienza a posicionarse regionalmente en la temática.


LA ESTRUCTURACIÓN

El trabajo asociativo es la receta más recomendada

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Todo ecosistema necesita una estructura. En el caso del entorno para los emprendedores, ese andamiaje pasa por el trabajo en equipo entre emprendedores, academia y sector público.

La fórmula puede sonar repetitiva, pero quienes forman parte del círculo emprendedor reconocen que el sistema mantiene validez. La Alianza para el Emprendimiento e Innovación (AEI), por ejemplo, funciona con 80 actores del sector público, privado y la academia, quienes construyen la estrategia de emprendimiento e innovación 2020.

Camilo Pinzón, de la AEI, explica que este proceso está pensado en el largo plazo. "Nos sentamos a conversar de problemas y planteamos estrategias, acciones y objetivos. Esa es la fórmula para estructurar el ecosistema emprendedor".

El sistema al que se refiere Pinzón opera bajo el modelo de las alianzas público-privadas, en las que la retroalimentación, la voluntad y el compromiso de cada parte resultan fundamentales.

Como ejemplos, Pinzón menciona el apoyo del Ministerio de Industrias a encadenamientos productivos de distintos sectores. También está la vinculación de las universidades. A ellos se suman inversionistas ángeles, como representantes del sector privado.

Uno de los ejemplos más recientes es el fideicomiso para el emprendimiento e innovación que se presentó hace un par de semanas, en Quito.

Este producto financiero llega bajo la coordinación de la AEI y con el apoyo de Corporación Favorita. Esta última firma aporta con USD 2 millones en una primera etapa. El dinero servirá como capital de riesgo y permitirá financiar, en principio, emprendimientos de dos sectores: agroindustria y turismo.

Andrés Zurita, también de la AEI, añade que para generar una estructura es necesario determinar las áreas a intervenir e identificar brechas frente a otros países, para luego generar espacios de discusión. "Con esta información se arman grupos de trabajo y se diseña una estrategia para reducir esas brechas".

Para Javier Albuja, de ConQuito, el rol público es importante desde la perspectiva del direccionamiento de esta estructura. "Una vez lanzados los lineamientos desde lo público, el dinamismo y consolidación del ecosistema depende de la cultura emprendedora y de la colaboración del sector privado, la academia y el sector civil, y su capacidad de trabajar de manera asociativa y en red".

Otra sugerencia la da Guido Caicedo, de la Espae. Él recomienda premiar la calidad y los resultados. Eso fomenta la evolución y la capacidad de supervivencia. "Al inicio hay que estimular sobre todo a los más débiles, para luego dejar que el ecosistema crezca por sí mismo".

Caicedo también advierte sobre el posible abuso de los estímulos. "Si, por ejemplo, el Estado cofinancia emprendimientos a un punto en que el riesgo para el inversionista privado es muy bajo, ocasionará que este no evolucione en su capacidad de tomar riesgos. Y cuando el Estado retire el apoyo, el inversionista dejará de invertir".

Debilidades y riesgos

En contra. Los especialistas señalan que uno de los problemas que pueden pasar es que los actores quieran ganar protagonismo. Esto ocasionaría una división en la actividad emprendedora.

La calidad. Otro desafío es mejorar la calidad de los emprendimientos que surgen en Ecuador. Los expertos recomiendan pensar en emprendimientos de alto valor agregado, con impacto, que sean dinámicos y escalables.

El capital. Otra de la necesidades para apuntalar la estructura del ecosistema es el capital de riesgo. En Ecuador el tema está recién madurando. A esto se suma la falta de productos crediticios diseñados solo para emprendedores.


LOS RESULTADOS

Los premios emprendedor Ecuador 2014 y sus ganadores

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El emprendedor lleva un ADN distinto al de las demás personas. Ellos lo saben y el Semanario LÍDERES reconoce su aporte a la sociedad con los premios Emprendedor Ecuador 2014.

Esta publicación, en alianza con Startup & Ventures y con el aval de PwC, crearon el reconocimiento para premiar el valor y el trabajo de personas e instituciones que impulsan el emprendimiento.

El premio, en su primera edición, tuvo seis categorías. Ernesto Kruger ganó en Mejor Emprendedor Ecuatoriano; Andrea Ruiz se impuso en Mejor Emprendedor Universitario; Gary Flor fue designado Mejor Docente Facilitador Emprendedor; Xavier Larreátegui y su empresa Dávalos Larreátegui Industrias Procesadores (Dlipsa) fue reconocida como Mejor Startup Ecuador; la Universidad Andina Simón Bolívar (UASB), sede Ecuador, ganó en Mayor Aporte al Emprendimiento Ecuatoriano.

La categoría Mejor Empresa Emprendedora Ecuador fue declarada desierta.

Ernesto Kruger está satisfecho con sus aportes como emprendedor y habla de ellos con seguridad y alegría. Siempre está pensando en nuevos proyectos, así como en más desarrollos tecnológicos. Ya piensa en su retiro, "un retiro activo", porque lo que le apasiona es emprender y apoyar a nuevos emprendedores.

Ese gusto lo comparte Andrea Ruiz, estudiante de la Universidad de las Fuerzas Armadas (Espe). Ella está al frente de tres iniciativas relacionadas con la responsabilidad ambiental.

Gary Flor es economista graduado en la Universidad Central del Ecuador. Ejerce la docencia en universidades, escuelas politécnicas y colegios. Sabe de emprendimiento y como muestra están cinco libros en los que aborda el tema.

Dlipsa es una startup biotecnológica especializada en producir alimentos y cosméticos. Su fundador es Xavier Larreátegui, quien ya piensa expandir la línea del negocio a Colombia y Perú.

Otro de los premiados, la UASB, se destaca porque en la última década dio énfasis a la investigación y capacitación de pequeñas y medianas empresas. A esto se suman los proyectos de enfoque social en los que está trabajando en la actualidad.