Liliana Tamayo, presidenta de la empresa de velas decorativas y empaque Flowermaster, dice que la meta de este año es exportar a EE.UU. y Perú. Fotos: Alfredo  Lagla/LÍDERES
Mónica Orozco
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El diseño a mano es el sello de esta empresa

Hace un poco más de cuatro años, Eduardo Intriago dejó la industria láctea para internarse en un mundo de parafina y aromas.

Tras 25 años de largas jornadas de trabajo fuera de casa, este ingeniero se cansó de estar lejos de la familia y, casi sin pensarlo, decidió comprar una pequeña empresa de fabricación de velas.

Para ello obtuvo un crédito bancario y juntó los ahorros de su familia.

Intriago le dio un nuevo impulso al negocio que hoy se llama Flowermaster (Luz y Aromas es su nombre comercial). Originalmente, la fábrica, ubicada en Tambillo (sur), producía solo cirios tradicionales. "Era una fábrica que tenía algunas ventas. Con nosotros, se amplió la lista de clientes y la oferta de productos", indica Intriago, quien gerencia la firma.

Hoy, la oferta incluye productos con diseños que se ajustan a los pedidos y gustos de los clientes; entre ellos, velas multicolores, de corazones, corales y conchas marinas, entre otras. La más reciente colección que desarrolló, por ejemplo, tiene incrustaciones de piedra.

Las colaboradoras de la planta elaboran los productos con base en un diseño general, pero cada pieza es única, porque gran parte del trabajo es manual.

Las velas se elaboran en un hangar en el que pueden observarse mesas y tanques, en donde se mezclan la parafina y las esencias. Algunas velas requieren elaborarse por partes. El proceso termina con la colocación de las mechas y el empaque.

"Es una tarea creativa, de mucha paciencia y donde las manos de nuestras colaboradoras son las que imprimen el toque personal en cada pieza". Así comenta Liliana Tamayo, la presidenta de la empresa. Ella, quien es abogada, dejó su empleo privado para apoyar el emprendimiento de su esposo, Eduardo.

"Los sueños se tornan realidad a fuerza de constancia", indica Tamayo.

El negocio es un emprendimiento familiar. En la planta también trabajan sus tres hijos, quienes apoyan en el desarrollo de productos y ventas. El aroma es otra fortaleza. Las esencias van desde tulipán, magnolia hasta aromas más exóticos como chocolate y orquídeas.

Norma Ortega trabaja desde hace casi cinco años en la firma y es la encargada del área de desarrollo. "Verifico la calidad de los insumos; creo los modelos que son ofrecidos a los clientes. Me baso en el Internet, revistas y veo cómo puedo combinar la decoración con las velas".

Los ingresos de la firma bordean los USD 20 000 mensuales, pero Intriago aclara que esto depende del mes y de los pedidos de los clientes.

La empresa coloca sus productos con la marca Eternia, pero también maquila velas con marcas blancas para grandes cadenas. Entre sus clientes están las firmas Sukasa, Megamaxi, Supermaxi, De Prati, Yanbal, entre otros. La cartera de la empresa suma más de 50 clientes; de esos, al menos, 18 son fijos.

Para algunos de ellos, la fábrica desarrolla colecciones cada tres meses. También elabora bases de parafina, para arreglos florales. Rocío Jaramillo, propietaria de la Floristería Santa Bárbara, dice que compra los productos de esta pyme, desde hace cuatro años.

"Comenzamos a trabajar con esta empresa, porque son productos innovadores, de buena calidad. También tienen colores y diseños especiales, no es lo común que se encuentra en otros lados", dice Jaramillo, quien adquiere unas 50 bases para armar arreglos florales al mes. En temporadas como San Valentín, el pedido llega a 180 bases mensuales.

La producción

Los insumos.  Las velas de esta firma no contienen plomo, por lo que son amigables con el medioambiente.

Otra línea de productos. Flowermaster tiene además un área de empaque de productos. Esta línea representa un 50% de la facturación de la firma.

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