Hay cerca de 24 mil trabajadores del sector petrolero en riesgo por la suspensión en las contrataciones de las empresas operadoras y de servicios. Foto: Archivo/ El Comercio

Cerca de 24 mil trabajadores del sector petrolero están en riesgo por la suspensión en las contrataciones de las empresas. Foto: Archivo/ El Comercio

El drama laboral en Colombia detrás de la caída de precios del crudo​

18 de febrero de 2015 09:42

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Después de regresar de vacaciones, David*, quien trabaja como superintendente de operaciones de una reconocida empresa de servicios petroleros, se encontró con que en su equipo de trabajo había 15 personas menos.

“En menos de dos semanas salieron 15 personas, los proyectos caen uno tras otro y la incertidumbre se genera cuando no sabes hasta qué punto la empresa podrá sostener tu costo, lo que vale mantener tu puesto de trabajo, eso es lo que no te deja dormir”, explica este ingeniero de petróleos, quien tras los recortes de personal ha tenido que asumir nuevas funciones en su cargo.
Detrás de las frías cifras que dan cuenta de reducciones de hasta 25% en los planes de inversión de las empresas, hay cerca de 24 000 trabajadores del sector petrolero en riesgo por la suspensión en las contrataciones de las empresas operadoras y de servicios.

Como lo advertía el presidente de la Asociación Colombiana del Petróleo, ACP, Francisco Lloreda, un impacto de esta crisis de precios del que poco se habla tiene que ver con la pérdida del dinamismo en la economía de las regiones petroleras.

La clausura de un pozo no solo significa que los operadores de este queden cesantes o deban ser trasladados, en el mejor de los casos. También implica que aquellos encargados de proveer alimentos, transporte, hospedaje, equipos, suministros y hasta ropa a estos trabajadores pierdan una fuente de ingresos.

“El adagio popular que dice que uno valora las cosas cuando las pierde cobra fuerza en este tipo de crisis. Por mucho tiempo, en muchas regiones hubo manifestaciones de inconformismo y descontento, pues algunos sectores veían la presencia de la industria como si fuera una maldición. Ahora, cuando se ve esta destorcida de los precios y las empresas empiezan a recortar sus inversiones, las regiones empiezan a valorar la presencia de las petroleras”, opina el exministro de minas y presidente de la Federación Nacional de Departamentos, Amylkar Acosta.

Las protestas

Ese inconformismo al que se refería el exministro sigue ahora, e incluso se recrudece.

La semana pasada en Tibú (Norte de Santander) y Castilla (Meta) hubo protestas de las comunidades que le exigen a Ecopetrol mayor contratación. Pero, la realidad es que con un menor presupuesto, la empresa, contrario a lo que esperan los vecinos de los proyectos petroleros, está renovando menos contratos y tiene la nómina congelada, es decir, no está vinculando nuevos trabajadores.

Por esto, el mayor sindicato de la petrolera, la Unión Sindical Obrera, USO, habla de una “masacre laboral”.

“Tenemos que decir que la verdadera crisis es generada por las medidas que toman de manera unilateral las empresas: pidiendo que los trabajadores renuncien a sus derechos y garantías; despidiendo sin justa causa y sin indemnización; y renegociando condiciones con las empresas contratistas y de servicios”, señaló la Junta de la USO en un comunicado tras reunirse con directivos de Ecopetrol.

La empresa se defiende asegurando que va a cumplir con los compromisos pactados con las comunidades pero, como todas las petroleras del mundo en estos días, debe centrar sus inversiones en los proyectos más eficientes y renegociar los pactos con los contratistas para reducir costos.

“Tenemos que mantenernos como una empresa viable”, dijo la vicepresidenta saliente de la Regional Orinoquía de Ecopetrol, Francy Edith Ramírez, a Llano 7 días.

Pero al interior de la empresa de mayoría estatal son conscientes de que esta situación aumenta el riesgo de bloqueos de las comunidades en las áreas de operación.

Este no es un riesgo menor, si se tiene en cuenta que el año pasado el 34% de la producción diferida (los barriles que por variadas razones no se pudieron extraerse) tuvo como causa problemas de conflictividad social.

Las propuestas 

Este miércoles en Villavicencio habrá una reunión entre los gobernadores de Norte de Santander, Santander, Boyacá, Meta y Casanare, que tiene como objetivo buscar un mecanismo para promover encadenamientos productivos e impulsar proveedoras locales de servicios, que han sido afectadas por una menor inversión de las empresas petroleras.

“Entre los temas que vamos a mirar está el de la refinería del Meta, que es un proyecto que se necesita para darle valor agregado a la producción local y que ya tiene aliados estratégicos dispuestos a invertir”, señaló Acosta Medina.

Por su parte, Campetrol planteó una propuesta para desarrollar el mecanismo usado por Findeter en Diamante Caribe y Santanderes, con el objetivo de buscar nuevos proyectos productivos que puedan recoger la mano de obra cesante. Este proyecto ya ha sido presentando ante la SAC, la ACP y la Andi y esperan obtener financiación de entidades multilaterales.