BioFemme es un emprendimiento que nació hace cinco años. Comercializan 15 productos especializados en el cuidado de la piel en diferentes edades.

Su bagaje cultural y enseñanzas en el entorno farmacéutico llevaron a Ana Cristina Cordero a fundar su propio emprendimiento especializado en el cuidado de la piel de las mujeres.

Hace nueve años inició un estudio de mercado para conocer cuáles son las necesidades que existían en el mercado de la belleza femenina. Este análisis le tomó cerca de tres años. Esta emprendedora guayaquileña comenta que para ganar tiempo aprovechó la experiencia de sus familiares para diseñar empaques y generar una estrategia de ventas para sus productos.

A la par, contrató a una ingeniera química española experta en el cuidado de la piel. Ella se encargó de elaborar las fórmulas para los productos y de patentar sus fórmulas bioactivas.
Para la elaboración del producto importan la materia prima desde diferentes partes del mundo.

Un aliado de la mujer

Cordero, quien se desempeña como CEO deBioFemme, señala que su principal motivación fue darles a las mujeres una variedad de opciones para el cuidado de su piel. Inicialmente hizo una inversión de aproximadamente USD 50 000 y empezó con cinco productos.

Desde que empezó a fabricar las fórmulas tuvo clara la idea de tener productos de calidad hechos en Ecuador. Por ello se valió de una maquila para elaborar sus cosméticos. Añade que esto garantiza el abastecimiento y continuidad del producto en el mercado local.

Empezaron con una línea de cuidado básico que incluía limpieza, hidratación y protección de la piel. Con el paso del tiempo añadieron a su catálogo otros productos especializados en cada etapa de la mujer. Actualmente cuentan con 15 productos, entre los que se incluyen algunos para el cuidado del acné.

Un panel de profesionales para expandirse

Previo a colocar los productos en el mercado trabajaron con un panel de profesionales en el mundo de la dermocosmética. Según Cordero, esta estrategia funcionó para que ellos conozcan el producto y lo recomienden con sus pacientes.

Luego de un año de trabajo con ellos decidieron ampliar sus canales de ventas y expandirse a las grandes cadenas de farmacias y centros dermatológicos. También ingresaron a tiendas especializadas en belleza y supermercados.

“Ha sido un proceso largo que nos abrió puertas en todos los espacios”, dice la emprendedora. Además, se han convertido en distribuidores a escala nacional y tienen equipos de venta en Quito, Guayaquil, Manta y Cuenca.

Con ellos realizan giras constantes en casi todas las ciudades para presentar los dermocosméticos y ampliar su cartera de clientes. Actualmente generan 75 plazas de empleo fijas, en su mayoría son mujeres jefas de hogar.

“Tratamos de dale mucha presencia e importancia a las mujeres, para promover su desarrollo y crecimiento”, explica Cordero.

Ampliar el portafolio de servicios

En los planes a futuro está la expansión e innovación del servicio que ofrecen. La emprendedora menciona que también trabajan en un proceso de expansión internacional.

Estaba previsto empezar a exportar en 2020, sin embargo, la pandemia retrasó estos planes.
Por la fórmula de sus productos, esperan expandirse al mercado latinoamericano, donde las mujeres presentan características similares.

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