Las transacciones más comunes son transferencias de dinero, consultas de saldo, depósitos y retiros.

Las transacciones más comunes son transferencias de dinero, consultas de saldo, depósitos y retiros. Foto: Ingimage

El objetivo de Bimo es agrupar a 82 entidades financieras

26 de agosto de 2019 08:03

A finales de septiembre, la banca privada pondrá en funcionamiento a la Billetera Móvil (Bimo), un nuevo medio de pago digital pensado para transacciones con pequeños y limitados movimientos de dinero.

Es una aplicación móvil desarrollada y gestionada por la empresa tecnológica Banred. Hasta ahora se cuentan 28 instituciones financieras (bancos, cooperativas y mutualistas) listas para operar. El objetivo es que el sistema integre a 82 entidades.

La ‘app’ funcionará únicamente en teléfonos celulares con acceso a Internet, estará disponible en las tiendas digitales iOS y Android. El proceso de envío y recepción de dinero será similar a enviar un mensaje de texto, solo se requiere del número telefónico. También ofrecerá la posibilidad de realizar pagos a través de un código QR.

Las tarifas, incluido el IVA, son de USD 0,10 por cada envío de dinero, USD 0,50 por retirar efectivo de un cajero automático y USD 0,35 por retirar de un corresponsal no bancario (tiendas, comercios locales y más).

Crear una cuenta no tendrá costo y podrán acceder las personas que ya tienen una cuenta en un banco o cooperativa. Pero la billetera móvil fue diseñada para captar al público que aún no está bancarizado; según estimaciones oficiales, menos del 50% de la población dispone de una cuenta en una entidad financiera.

Algunos analistas económicos y legisladores no ven mayor futuro en la billetera móvil, puesto que estiman que sus tarifas no atraerán de forma masiva a los consumidores. Observan otros limitantes, como el hecho de que no sirva en teléfonos sin Internet, cuando en otros países de la región esto sí es factible.

Tampoco hay, de momento, incentivos que premien el uso de medios electrónicos de pago, como en su momento hubo con el dinero electrónico, por el que se reembolsaban al usuario valores en devolución parcial del IVA.

Marcos López, delegado del Presidente de la República ante la Junta, defiende a la billetera móvil y sus costos, y anota que el nivel de acceso a Internet en el país es elevado, por ello no habría inconvenientes que opere exclusivamente en ‘smartphones’.

En todo caso, si después de un tiempo de aplicación se determina que la aceptación del producto se ve restringida por las tarifas o servicios, la Junta estará dispuesta a revisar y, de ser el caso, hacer correcciones, sostiene López.

Bimo aparece como el sustituto del dinero electrónico, que fue administrado por el Banco Central del Ecuador (BCE) hasta el 2017. En diciembre de ese año, la Ley de Reactivación Económica puso fin a la plataforma del BCE y dio paso a la iniciativa privada.

El dinero electrónico fue creado en el 2014 a través del Código Orgánico Monetario y Financiero. Llegó a tener 406 724 cuentas abiertas con un saldo acumulado de USD 8,9 millones.

Aunque muchos usuarios desac­tivaron sus cuentas en abril del 2018, hasta enero de este año aún existían 226 750 cuentas pendientes por cerrar, las cuales guardaban más de USD 2 millones.

Una de las características del sistema era que se podía usar en cualquier celular, sin la necesidad de estar conectado a Internet.

Permitía pagar servicios básicos, comprar en establecimientos comerciales, pagar carreras de taxi y hasta enviar remesas desde el exterior. Y por dos años (2016 y 2017) estuvo vigente la devolución parcial del IVA.

Sin embargo, no tuvo mayor acogida. Sus detractores aseguraban que al ser administrado por el BCE existía riesgo sobre la dolarización, porque sus cuentas no estaban respaldadas por dólares reales y había afectación a los balances de la entidad. Además de que el BECE estaba ejerciendo funciones que no le eran propias.

Pero las diferentes autoridades que estuvieron al frente del Central desmentían esas afirmaciones, asegurando que el sistema contaba con todas las garantías.

Carlos de la Torre, quien fue el primer ministro de Finanzas de Lenín Moreno y que llegó al acuerdo para que la banca reemplazara al Central, tiene reparos a la billetera porque, entre otras cosas, cobrará por cada envío de dinero, situación que no ocurría con el programa del BCE.

La Asociación de Bancos Privados (Asobanca) expone que a diferencia del dinero electrónico, Bimo opera basado en cuentas abiertas en un banco o en una cooperativa, las cuales sí tienen respaldo de dólares que los propios clientes han depositado y también cuenta el patrimonio de cada institución.

“Los bancos apuntarán a generar inclusión financiera, no solamente usando Bimo sino a través del resto de canales que ya se han implementado con mucho éxito, como los corresponsales no bancarios”, afirma la Asobanca.

La billetera móvil tiene avances y retos

En Japón solo el 24% de las operaciones de pago fueron efectuadas con medios electrónicos. En la imagen una transacción de PayPay.

En Japón solo el 24% de las operaciones de pago fueron efectuadas con medios electrónicos. En la imagen una transacción de PayPay. Foto: AFP


Con un teléfono celular en mano los latinoamericanos realizan, cada día con mayor frecuencia, una serie de operaciones como transferencias de dinero, consultas de saldo en instituciones financieras, depósitos y retiros en bancos, recargas al celular, pagos de servicios, pagos en comercios, entre otras.

Hasta el 2017 México, Brasil, Perú y Colombia eran los cuatros países en donde se contaban tres o más servicios de dinero móvil o electrónico, según el reporte ‘Panorama del dinero móvil en América Latina y el Caribe’, elaborado por el Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos (Cemla). Según la información utilizada para elaborar este documento en el año mencionado se registraban 43 productos y servicios de dinero móvil en funcionamiento en 26 países de la región.

En la mayoría de países que usan este sistema existe un elemento clave: está disponible para dispositivos móviles básicos y no se requiere de acceso a Internet o consumir saldo.

En Perú, donde el 43% de las personas mayores de 15 años tiene una cuenta de ahorros y el 97% de los hogares utiliza la telefonía móvil, funciona la Billetera Móvil (BIM) desde el 2016.
Más de tres años después, en mayo pasado, 646 000 usuarios hicieron más de 807 000 transacciones por un monto total que superó los 113 millones de soles (USD 33,8 millones). Son aún cifras pequeñas para el tamaño de la economía peruana, pero hay optimismo.

“Desde el sector bancario pensamos que el dinero electrónico es una excelente herramienta para lograr una mayor inclusión financiera. Se pueden hacer transacciones financieras desde el celular sin necesidad de tener una cuenta bancaria tradicional y sin necesidad de transportar efectivo”, dice Martín Naranjo, presidente de la Asociación de Bancos del Perú, en una columna publicada por el diario Perú 21.

En México, donde cerca del 30% de su población está bancarizada, también se impulsa la billetera móvil. En ese país, hasta el año pasado solo el 2% de la población usaba el dinero móvil y se calcula que la madurez de este sistema llegará en unos cinco años.

En Perú, al igual que en otros países de América Latina, una de las dificultades para que el modelo crezca es la infraestructura. Gonzalo Núñez, socio de servicios financieros de la consultora Ernst & Young, en México, señala que las billeteras móviles ya tienen tiempo en el mercado global y ha tenido impulso gracias a los mileniales. “Ahora hace falta que crezca el ­número de comercios que las acepten”, dice en una nota de diario El Universal.

La telefonía móvil, la clave

Esta nueva realidad viene de la mano del avance la telefonía móvil. El año pasado, América Latina y el Caribe contaban con 442 millones de suscriptores de telefonía móvil, cifra que representaba el 68% de la población, según el estudio ‘La economía móvil en América Latina y el Caribe 2018’, elaborado por GSMA, una firma especializada en esta industria.

El reporte añade que la tasa de penetración de telefonía móvil en la región se mantiene ligeramente delante del promedio mundial (66%), pero detrás de mercados desarrollados, incluyendo Europa (85%) y América del Norte (84%).

GSMA agrega que a pesar de la desaceleración aún existe potencial de crecimiento. Por eso el estudio asegura que la región representará el 10% de todos los nuevos suscriptores a nivel mundial, para el 2025.

Para los expertos el desarrollo de la telefonía móvil es fundamental para el crecimiento de la billetera móvil. El estudio elaborado por Cemla en el 2017, por ejemplo, asegura que una de las bondades de la telefonía móvil es haber permitido que millones de personas que estaban excluidas del sistema financiero formal puedan realizar transacciones financieras de forma relativamente barata, segura y fiable.

Las proyecciones hablan de unos 2 100 millones de usuarios

La billetera móvil crece a escala global. Para este año se calcula que 2 100 millones de consumidores ya usan este nuevos sistema, según la firma inglesa Juniper Research, que realiza estudios de mercado del sector tecnológico a escala global.

El aumento representa casi un 30% más que los 1 600 millones registrados a fines de 2017, según una reporte de la consultora estadounidense Zion Market. Otro dato señala que las billeteras móviles moverán en el 2022 más de USD 3 000 millones , es decir casi cinco veces más que en 2016.

La evolución de este modelo enfrenta retos, entre los que destaca la seguridad. El aumento de los casos de piratería y fraude, junto con la falta de confianza, puede afectar el crecimiento del mercado, asegura un estudio de Zion market. Por eso muchas empresas ahora se centran en la seguridad para impulsar este negocio.

América Latina es un mercado en el que este sistema tiene potencial. Datos de la Federación latinoamericana de Bancos (Felaban) el 60% de la población de la región no está bancarizada y más del 70% realiza sus pagos en efectivo.

En otras latitudes como Japón, donde la tecnología está más avanzada, sucede una paradoja: La gente prefiere pagar en metálico al considerar los billetes más tangibles que los pagos electrónicos.

El gobierno japonés pretende casi duplicar el número de transacciones electrónicas y que estas representen el 40% antes de 2025 en un país donde el uso de los billetes sigue muy extendido en comparación con otras potencias económicas.

Sin embargo, en el 2018, solo el 24% de las operaciones de pago fueron efectuadas con medios electrónicos. En Corea del Sur, en cambio, el 90% de los pagos se realizan a través de sistemas electrónicos, según Yuki Fukumoto, del instituto NLI de Tokio.

Una realidad difícil de reproducir en el país del sol naciente, aún más tras los problemas del gigante de la distribución nipona Seven & I Holdings que tuvo que abandonar su sistema de pago a través de código QR después de ser pirateado.

La fidelidad a los billetes en Japón, una potencia tecnológica aferrada a valores tradicionales, resulta significativa teniendo en cuenta que en este país existen desde hace quince años sistemas de pago sin contacto a través de microchips instalados en tarjetas o móviles.

Empezaron, primero, a funcionar en las tarjetas de transporte o en las tarjetas cliente de grandes cadenas de distribución, como Nanaco en Seven & I Holdings o Waon en Aeon.

Los japoneses utilizan esas tarjetas para realizar pagos de cientos de yenes (unos pocos euros), pero curiosamente transacciones más importantes prefieren hacerlas con billetes.

Esta fidelidad de los japoneses al pago en metálico tiene un coste: 2 billones de yenes (16 mil millones de euros) , lo que cuesta administrar los distribuidores y transportar el dinero, según un estudio del Boston Consulting Group, citado por el diario Nikkei.

Aunque Hiroshi Mikitani, el presidente director general del gigante del comercio electrónico Rakuten, predijo una desaparición total de las monedas y los billetes, los administradores de sistemas de pago electrónico temen su fracaso.