En las últimas semanas, el Gobierno ha dado muestras de que el manejo del gasto público tiene más atención en su agenda económica, para sostener el abultado tamaño del Estado. Las decisiones relacionadas con el control de los recursos destinados para los gastos de la burocracia, revelan que se quiere poner en marcha un plan de austeridad.

Eso se refleja con dos ejemplos. El uno, la aplicación de un reglamento para controlar el pago de viáticos, subsistencias, movilización y alimentación para los servidores públicos. El otro, aplicar restricciones en la contratación de sitios privados para desarrollar eventos públicos.

A la aplicación de estas decisiones acompaña el anuncio de eliminar el subsidio a los combustibles, principalmente al gas licuado de petróleo. Si bien esta posibilidad se puede concretar en los próximos dos años, la intención muestra que se buscan nuevos recursos, ya que no son suficientes los ingresos del petróleo y los impuestos.

En medio de estos anuncios, dos datos reflejan que la economía ecuatoriana ha perdido dinamismo. El último reporte del Banco Central indica que el crecimiento se desaceleró en el primer trimestre del 2013, en comparación con el mismo período del año anterior, con una expansión del PIB del 3,5% frente al 6% del año pasado.

El otro dato, el Instituto de Estadística y Censos informó que la inflación en julio fue de -0,02%. Aunque esa cifra indica que no variaron los precios, es el tercer mes consecutivo que se registra una inflación negativa.

La Frase:   "La economía (de España) continúa en recesión, con un desempleo inaceptablemente elevado, y las perspectivas siguen siendo difíciles".   Comunicado del Fondo Monetario Internacional