A partir del segundo semestre entrarán en plena vigencia las últimas restricciones aprobadas por el Comité de Comercio Exterior (Comex). El organismo anunció medidas para frenar las importaciones en varios rubros (vehículos, celulares, televisores, licores, cámaras de fotos, etc.), incluyendo mayores aranceles o restricciones cuantitativas al ingreso de productos.

Entre los argumentos esgrimidos para aplicar las medidas constan justificaciones de índole ambiental y de cuidado de la salud. Sin embargo, son tesis que pudieran ser desvirtuadas ante eventuales demandas en el ámbito jurídico del comercio exterior; en la Secretaría de la CAN, por ejemplo.

En los últimos tres años se han aplicado una serie de medidas para controlar el nivel de importaciones, como salvaguardias, registro de importadores, licencias de importación, cupos y reformas arancelarias. No obstante, han sido medidas temporales que han tratado de contrarrestar situaciones particulares en la balanza comercial del país.

Casi al concluir el primer semestre del año nuevamente se ponen en vigencia estas acciones restrictivas, que si bien pueden impulsar en algo a la industria nacional, no apuntalan una política comercial para el largo plazo; se requieren decisiones adicionales para impulsar a la producción local.

Transcurridos cinco años y medio de la actual administración y con un precio del petróleo con tendencia a la baja, todavía no hay claridad en la agenda con los principales socios comerciales: EE.UU. y la Unión Europea. Ante el riesgo de una caída mayor en los precios del petróleo, quizás sea demasiado tarde el no haber consolidado una agenda de comercio exterior para garantizar ese ingreso de recursos.