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McNamara y su primera cena

Casi 70 años después de que el ingenio abordara en uno de los restaurantes de Nueva York, Frank McNamara fue incluido, en diciembre del 2016, en el Salón de la Fama del Business Travel Network de la misma ciudad estadounidense, reconociéndose así su aporte a la creación de una forma de consumir que se ha extendido por todo el mundo.

La posibilidad de pagar a crédito vino a la mente de McNamara, ligado al grupo Rockefeller, cuando dentro de sus bolsillos no encontró dinero en efectivo para pagar la cuenta en un restaurante de Manhattan. Juntó entonces a Ralph Schneider –su consejero legal- y a Alfred Bloomingdale –dueño de una lujosa cadena con su mismo nombre- y maduraron la idea original.

La visión se convirtió entonces en Diners Club, la tarjeta de crédito que, para la segunda mitad del siglo XX tenía unos 42 mil miembros y era aceptada en alrededor de 330 establecimientos en los Estados Unidos; quienes la usaban debían pagar tres dólares al año por el servicio y una tasa de interés del siete por ciento por cada consumo a crédito.

Y aunque McNamara no disfrutó del éxito de su ingenio, pues vendió Diners Club por 200 mil dólares a sus dos socios, la iniciativa empezó a expandirse por territorio estadounidense, a enfrentar la competencia que iba surgiendo y, ya bajo la denominación de The Diners Club International, se instaló en Canadá y luego en Reino Unido, España, México y Cuba. También se establecieron filiales en Europa Occidental, Centroamérica y el Caribe, África, Asia y finalmente América Latina.

En Ecuador, donde ingresó en 1968, su crecimiento ha llegado a convertirla en la tarjeta de crédito mejor posicionada y con mayor aceptación. Las ventas de la marca en Ecuador han llegado a representar, en algún momento, las dos terceras partes de los ingresos totales de Diners Club en América Latina.

Por otro lado, el cambio de imagen de la tarjeta y la evolución de su eslogan, que pasó de ‘Privilegios sin límites’ a ‘Diners Club, Tu mundo sin límites’, le han permitido ajustarse a las nuevas expectativas de sus socios y de las nuevas generaciones de consumidores.

En el 2015, Diners Club Ecuador dio un gran salto tecnológico al adoptar el primer sistema de pagos móviles en el país. La aplicación PayClub Móvil le permite al tarjetahabiente subir su tarjeta a un sistema que se administra desde el teléfono inteligente y utilizarla, por tanto, de una manera más segura, cómoda y rápida; la clonación de la tarjeta se previene con el uso de un doble filtro: PayClub Móvil le exige al usuario la creación de una clave de acceso que se suma a la que tiene el ‘smartphone’.

Los nuevos públicos también han acogido la más reciente propuesta comercial de la marca: el concepto de los ‘Modos’, que reconoce los distintos gustos y preferencias de los socios Diners Club. El Modo Tasty’ -por ejemplo- ha contribuido al desarrollo de la oferta gastronómica en el país al igual que la más reciente publicación de ‘Orígenes’, una recopilación de tradicionales recetas ecuatorianas seleccionadas bajo criterios históricos y antropológicos.

A nivel cultural, Diners Club Ecuador -con más de 500 mil socios o tarjetahabientes en todo el país- también ha actuado como referente. Fue la primera entidad financiera del país adscrita al Pacto Global de las Naciones Unidas, la mayor iniciativa mundial que favorece las prácticas de responsabilidad social empresarial. De la misma forma, la revista ‘Mundo Diners’ ha actuado desde 1981 como promotor del arte y la cult

En la búsqueda de nuevas visiones, Diners Club emprendió desde mayo pasado, tras el visto bueno de la autoridad de control, el reto de convertirse en un banco con enfoque digital.

La idea de Frank McNamara conformó un exclusivo Club en New York hace 70 años para que sus socios pudieran pagar a fin de mes sus consumos en restaurantes. Una revolución que hoy nos permite a todos acceder a lo que queremos comprar y a que podamos pagar sin necesidad de llevar efectivo a todas partes.