Un creciente ecosistema de emprendedores sociales y el tamaño del mercado son dos incentivos para que organizaciones internacionales pongan su mirada en un país determinado.

Sin embargo, entrar a un mercado nuevo puede ser costoso en términos de tiempo, talento local e investigación. Así lo asegura Tania Rodríguez, directora de CO_Plataforma/CO_Capital, la plataforma mexicana que apoya iniciativas de impacto social.

Rodríguez inició sus labores como consultora social y ambiental en México. Trabajó para proyectos con el gobierno realizando planeación con comunidades rurales y con infraestructura básica.

Ella cuenta que desafortunadamente encontró mucha corrupción que no congeniaba con su personalidad y forma de pensar. Lo que la mueve es trabajar en proyectos con el objetivo de ofrecer más oportunidades de desarrollo a comunidades de escasos recursos, buscando reducir la brecha de desigualdad que existe en su país.

El efecto multiplicador que genera la organización que dirige Rodríguez es muy grande y no requirió mucho capital. Su impacto se refleja en el apoyo a 200 emprendedores al año, con un impacto en cerca de medio millón de personas en México. Sus emprendimientos se enfocan en diferentes temáticas como: educación, salud y vivienda.

Tania nos cuenta que uno de los retos más difíciles en su inicio fue tratar de explicar el modelo de negocio como teoría a los que ahora son sus aliados. “En el momento que abrimos el tema de emprendimiento social no era muy conocido, había solo dos organizaciones que estaban ya operando hace tiempo pero sus ligas eran muy institucionales y las nuestras eran más privadas”. Ahora ya es más fácil por lo que tenemos 12 organizaciones presentes.

Hoy trabaja fondos de inversión semilla de impacto para identificar las empresas sociales que tienen el potencial de impacto a gran escala. Ella y su equipo descubrieron que había muy poca inversión en etapas tempranas en México y a nivel global, por eso decidieron arrancar con este fondo.