César Augusto Sosa fue editor de la Revista LÍDERES, se desempeñó como Editor de la Sección de Negocios y en los últimos años ocupó el cargo de Macroeditor de diario EL COMERCIO. FOTO: Archivo

César Augusto Sosa (centro) fue editor de la Revista LÍDERES, se desempeñó como Editor de la Sección de Negocios y en los últimos años ocupó el cargo de Macroeditor de diario EL COMERCIO. FOTO: Archivo

Un meticuloso economista que forjó su legado en el periodismo

1 de agosto de 2022 09:26

Empecemos por esa casualidad. Estaba por terminar su carrera de Economía y quería hacer su tesis.

Un 16 de diciembre de 1996 pisó por primera vez una sala de redacción de periodismo y se quedó. Ahí también conoció a su esposa Verónica Espíndola, con quien tuvo tres hijas. Ha permanecido por más de 25 años y en los dos últimos meses ha hecho una pausa por su delicada salud.

En la década de los 90, convulsionada e inestable, un profesor suyo le comentó que EL COMERCIO necesitaba economistas para que escribieran en el diario.

César Augusto Sosa llegó en ese grupo de jóvenes de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE). Hernán Ramos, también economista salido de esa universidad y exdirector general del diario, había solicitado al decano que le recomendara a los mejores.

El COMERCIO se renovaba y llevaba adelante un proceso acelerado de reestructuración de la Redacción. La sección económica era una de las prioridades. Si bien funcionaba esa área no era tan estructurada ni fuerte. Hernán -quien en ese entonces era el editor esa sección- rememora esos momentos cruciales y vertiginosos por la renovación del diario.

Los cambios comenzaron con esa sección, pero eso implicaba tener periodistas que pudieran manejar los temas y la información. No era muy común que ellos se interesaran y -a ratos- inclusive había cierto prejuicio, porque se pensaba de entrada que eran temas difíciles y que -además- era un lenguaje distinto.

Ese joven economista tenía claros esos conceptos y términos técnicos a los que saben recurrir los economistas para explicar qué mismo pasa con la inflación, la hiperinflación, la balanza comercial, los déficits, balanza de pagos, comercio exterior y un extenso contenido de palabras extrañas y complejas de entender para los periodistas.

Quito, veraniega y soleada en una tarde de mediados de julio. César Augusto va soltando sus retazos de vida, la del economista que se convirtió en periodista y -sin exagerar- en el formador de la mayoría de los periodistas económicos que tiene este país. No recuerda cuántos fueron sus compañeros de sección en EL COMERCIO y en la revista LÍDERES, pero fueron muchos a lo largo de estas más de dos décadas.

Con su voz suave y pausada pronuncia algunos nombres, incluidos la de los economistas que lo acompañaron y adoptaron el periodismo como él, para escribir sobre la economía, a través de las historias de personas y empresas, con una escritura atractiva para el lector.

En esa reestructuración se iba probando a más estudiantes de otras universidades: San Francisco y Central. Unos se acoplaban y otros no. La elaboración de las publicaciones diarias, los talleres de formación, el aprendizaje en tiempo real y las largas horas de trabajo eran tan fuertes que la mayoría de los jóvenes economistas se iba.

En César Augusto nació el gusto por el periodismo y así hizo parte de una fuerte sección de Economía. Ese laboratorio de aprendizaje y -sin vanidades- se constituyó en una escuela de periodismo económico que creó EL COMERCIO. La sección estaba lista para pasar la prueba de fuego con la crisis bancaria, la devaluación del sucre y la llegada de la dolarización.

En 1997 nació LÍDERES y César Augusto se hizo cargo. Poco a poco iba ‘soltando’ las manos sobre el teclado, recuerda Hernán, dejando las cifras aburridas por unos textos agradables de entender y leer.

La lectura de los libros del poeta cubano Nicolás Guillén o de grandes novelistas (Alejo Carpentier, Jorge Luis Borges y premios Nobel de Literatura era casi una obligación para que enriquecieran su lenguaje en su escritura y aprendieran los géneros periodísticos. “Se fue eliminando esa frontera del periodismo con la economía”, comenta Hernán.

César Augusto tiene claro que la lectura formó su pluma periodística y que su preparación académica le otorgaba los datos, números y cifras para explicar esta ciencia social, a través del periodismo.

En ese tránsito hacia lo periodístico iba aprendiendo a mucha velocidad, aunque -como todos los novatos- estuvo sentado largo rato, desgrabando un audio. Hernán lo había llevado a una entrevista con el gerente del Banco Central. Estuvo a gusto, pues -por naturaleza- es un gran conversador; aunque también se toma su tiempo para escuchar. Lo que no pensó es que al regresar al diario Hernán le dijera que desgrabara cuatro horas de charla.

Años más tarde, en 2012, César Augusto exponía lo que consideraba que debía hacer el periodismo en el desarrollo económico de los países, en un foro para editores de Iberoamérica. América Latina hacia 2040, desarrollado en Caracas (Venezuela).

En el portal de la Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo se recoge su pensamiento. En el panel sobre la “crónica y la información de servicios en economía y negocios”, César Augusto, editor de la sección de El Comercio de Ecuador, consideró que lo importante es definir las prioridades de los países y a partir de ahí elaborar una agenda editorial.

El tema del dólar, las remesas, la minería, el petróleo y hábitos de consumo están dentro de los ítems de mayor cobertura. La gente quiere leer historias de éxito empresarial de una manera fácil, así como de la legislación laboral. Qué le podemos ofrecer a las nuevas audiencias, he ahí el trabajo que se realiza para satisfacer esa demanda informativa.

Los reportes también indican que la agenda de la gente está imbuida de trámites en entidades públicas y privadas, calidad de servicios, uso del dinero, inversiones, ahorro, seguros. “Los periodistas tenemos la responsabilidad de no solo tocar temas coyunturales sino hacer reportajes más amplios sobre los problemas que aquejan a cada uno de nuestros países y los medios de comunicación tenemos la posibilidad de llamar la atención a los gobiernos que quieran aplicar políticas contrarias a un desarrollo sostenido y con mayor igualdad de oportunidades”, fue su planteamiento.

En sus inicios fue un reportero de temas energéticos. En Petroecuador lo llamaban César Augusto ‘Sote’, porque era el primero en enterarse de las roturas del oleoducto.
Sus pupilos lo describen como un editor que pedía a sus reporteros temas con datos y evidencia. Cada semana de planificación era desafiante por esa exigencia de siempre profundizar y explicar los temas.

Lenyn Muela, también economista y exeditor de la sección de Economía, lo vio transitar. “Con su estilo duro se iba haciendo oficio. Siempre tuvo un perfil técnico, para ser más preciso en las notas”.

Nada había que pudiera sacarlo de su practicidad y aplomo. Era meticuloso con los datos, reservado -una virtud en el periodismo, dice Hernán-, confiable y un don de gente, respetado y valorado por otros colegas. “Era una voz autorizada”, comenta otra excompañera.

En esa tarde soleada de julio, este economista muestra su otra faceta: el atleta, el nadador del Lago San Pablo y del mar de Manta, seguidor de la NBA y fan del ‘Rey’ Lebron James.