El empoderamiento femenino visto desde el trazo de los cómics
El poder de las heroínas de cómics y las cotidianas, las de la vida real, además de las que buscan transmitir un mensaje con la pluma y el lápiz, fue el protagonista de la decimoséptima edición del Festival Internacional Viñetas con Altura que se celebró en mayo en La Paz.
El empoderamiento femenino es la temática central de este destacado festival, en el que a través de actividades como exposiciones, talleres y foros se busca resaltar a las mujeres creadoras y protagonistas de las historietas ilustradas, explicó la directora de Viñetas con Altura, Alexandra Ramírez.
“Tenemos todos estos contenidos para que la gente pueda ver de qué habla la mujer, por qué habla de ciertos temas, cómo se expresa y cuál es el estilo de dibujo, el color y demás, todo lo que se ve reflejado en las viñetas”.
Entre los principales eventos estuvieron dos exposiciones, la primera ‘Las viñetas se dibujan en femenino’, en la que 15 ilustradoras e historietistas bolivianas muestran su trabajo dedicado al empoderamiento femenino.
Otra exposición es ‘6 reflejos’, un homenaje gráfico a la mujer “desde la visión masculina”, con creaciones de seis dibujantes bolivianos que muestran sus versiones de personajes como la Mujer Maravilla o Superchica, la premio Nobel de la Paz Malala Yousafzai o la mujer boliviana que trabaja en distintos oficios.
Ambas muestras estuvieron en la Casa de la Cultura paceña, mientras que en el Espacio Simón I. Patiño estuvo en la exposición ‘Grandes hitos femeninos de la historieta mundial’, con algunos trabajos de creadoras de historietas que han recibido premios internacionales.
Además de creadores bolivianos, participaron la chilena Alejandra Lunik, la argentina Pupi Herrera y la peruana Brenda Román, las dos primeras con muestras individuales de su trabajo y la otra autora del proyecto ‘La otra damita’, un libro compilado de autoras mujeres.
El objetivo del festival es mostrar el trabajo de las mujeres en el cómic, algo que siempre ha existido pero tal vez ha estado “invisibilizado”, indicó Ramírez.
La artista aclaró que no se trata de “hacer ninguna distinción” entre hombres y mujeres, pues “la pluma, el lápiz, las líneas no tienen distinción de género” y “el trabajo habla por sí mismo”. Solamente se busca fomentar y reconocer el aporte femenino en el desarrollo de las historietas.
El protagonismo femenino en los cómics no es algo nuevo, pues están La pequeña Lulú (1935) o la Mujer Maravilla (1941), que si bien no es la primera mujer que aparece en una historieta, “es alguien que no tiene una contraparte masculina, eso es lo que la hace especial”, según Ramírez.
Para la artista, fue algo muy positivo que hubiera estos personajes, “pero seguíamos hablando de autores hombres dibujando a personajes mujeres”. Entonces ahí uno se cuestiona “dónde queda la autora?, porque la mujer es también creativa, es creadora, es historietista”, y se empieza a ver que después hubo personajes dibujados por mujeres.