José Chenta trabaja en el área de fabricación de las plantas en la empresa, que está ubicada en la parroquia Ricaurte, en el norte de Cuenca. Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES

José Chenta trabaja en el área de fabricación de las plantas en la empresa, que está ubicada en la parroquia Ricaurte, en el norte de Cuenca. Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES

Las plantas de agua, su fortaleza

15 de febrero de 2019 11:40

Más de 2,5 millones de habitantes en el Ecuador beben el agua potabilizada en las más de 200 plantas, que ha fabricado e instalado la empresa cuencana Intal. La marca se constituyó en el 2013, sin embargo, sus propietarios tienen una experiencia de 27 años en el diseño y la construcción de esta tecnología.

No son plantas estandarizadas, sino que se ajustan a los requerimientos geográficos e hidrológicos de cada zona. Según su gerente General, Pablo Álvarez, por lo general, las plantas tradicionales de hormigón son planificadas para ciudades grandes y no para las poblaciones pequeñas por el costo, falta de vías o la falta de electricidad.

Allí, surgió la idea de su padre Arnando Álvarez de diseñar plantas que puedan ser ubicadas en sitios con estas limitantes, en todas las regiones del país. Además, que ofrezcan durabilidad, agua de calidad, que no requieran energía eléctrica sino hidráulica, que sean fáciles de operar y que la inversión sea competitiva.

Las plantas de Intal se construyen en función de las características de las fuentes de agua, altura geográfica, número de habitantes y otras variables. Según Arnando Álvarez, de forma gratuita viaja una brigada de técnicos en química e hidráulica para hacer los análisis necesarios.

Con esa información se diseña la propuesta en la fábrica, ubicada en la parroquia cuencana de Ricaurte. “Somos diferentes porque otras empresas otras construyen plantas estandarizadas”, asegura Arnando Álvarez.

Las plantas de la firma son fabricadas con acero naval y revestidas con poliurea, que es más costosa, pero brinda durabilidad y se evita que se corroa el metal. Pablo Álvarez señala que recubrir una plancha de acero bajo estándares mundiales vale USD 20 cada metro cuadrado y con poliurea sube a USD 80.

“Ese costo no es trasladado a los clientes, lo asumimos. Con eso logramos que una planta de Intal puede durar 100 años”. Sus plantas son armadas en el sitio que funcionará como se lo hace con las piezas de Lego.

El porcentaje de ingeniería ecuatoriana en la fabricación supera el 90%. Una planta de potabilización en funcionamiento de esta empresa que brinda el servicio a 200 habitantes cuesta USD 20 000. En cambio, una para 100 000 personas tiene un costo de USD 4 millones, como fue el caso de Vinces. En la actualidad, la planta de este cantón de Los Ríos abastece a más de 60 000 personas, pero tiene la capacidad de llegar a 100 000.

Según Pablo Álvarez, el tratamiento del agua residual es un problema en el Ecuador. Por ello, la firma Intal incursionó desde hace cinco años en la fabricación de las plantas de este tipo de tratamiento. “Desarrollamos nuestra tecnología bajo un sistema modular compacto y trabajamos en sistemas aeróbicos. Es decir, son plantas que emplean oxígeno”.

Intal ya instaló más de 25 plantas de este tipo en el Ecuador. Son más costosas, dice el gerente General de la empresa cuencana y hace un comparativo. Una planta de potabilización de cinco litros vale USD 50 000 y una residual de igual capacidad 300 000.

Según él, en la actualidad, buscan innovar en el ámbito tecnológico para reducir los costos con la intención que sean más accesibles para las poblaciones más pequeñas.

Estos equipos han tenido más demanda de sus plantas de potabilización y tratamiento de aguas residuales en las provincias de Imbabura, Pichincha, Cotopaxi, Chimborazo, Napo, Tungurahua y Manabí. También, han hecho contactos en Panamá, Colombia, Venezuela, Bolivia y Perú, pero aún no han exportado.

El pasado 24 de enero, Intal recibió la certificación de gestión de calidad ISO 9001:2015. Con ello, dice Pablo Álvarez, se avala la calidad de sus productos. “Somos de las primeras empresas de Latinoamérica que fabrican estas plantas, que tenemos la certificación”. Con ello, más la construcción de una nueva planta en la parroquia Ricaurte y con un nuevo laboratorio de control de calidad que se edifica en la parroquia Baños, el próximo objetivo es exportar.

Según el director municipal de Agua Potable de Latacunga, Byron Avilés, en los últimos cuatro años han instalado seis plantas de potabilización de esta firma, “que cumplen más allá de las exigencias de la norma ecuatoriana”. De estas se benefician más de 6 000 familias de comunidades como Belisario Quevedo, San Felipe, La Calera, Toacazo, entre otras.

Fundador
Arnando Álvarez  

Tenemos experiencia de varias décadas y conocimientos de física, química e hidráulica, por lo que logramos tener un producto único para la potabilización y tratamiento de aguas residuales. Nuestra prioridad es ofrecer agua de calidad y que nuestras plantas sean durables, por ello empleamos la lámina naval, que es usada en los cascos de los barcos. Diseñamos plantas que tengan costos mínimos de mantenimiento y operación.

Cifras

80 empleados tiene Intal en producción, laboratorio, administración y ventas. Si se requieren obras adicionales como las de ingeniería civil se contratan más empleados.

4 000 metros cuadrados tiene la planta que se construye en la parroquia cuencana de Ricaurte. La actual cuenta con 3 000 y está a cinco minutos de la nueva.

5 oficinas tiene la empresa Intal en el Ecuador. Están ubicadas en Quito, Guayaquil, Manta y Cuenca, donde funciona la matriz.