Evelia Chávez y Carlos Vera  elaboran rompope y licor de cacao y café, artesanalmente y con productos orgánicos.

Evelia Chávez y Carlos Vera elaboran rompope y licor de cacao y café, artesanalmente y con productos orgánicos.

El rompope de cacao cautiva a los clientes

5 de noviembre de 2018 09:16

Tecao es una microempresa chonense, que rescató el sabor del rompope tradicional manabita, y le agregó nuevos sabores de cacao y a café.

Carlos Vera, propietario de Tecao, afirma que pese a que rehicieron la receta, el rompope no perdió su esencia ancestral.

Esos dos productos tienen un ligero sabor a manjar manabita. De hecho, en la planta donde se realizan estos licores, se pueden percibir los olores a leche, canela, chocolate, café y manjar.

Para dar con la fórmula correcta del nuevo rompope ,Carlos Vera y su esposa Evelia Chávez debieron hacer varias pruebas por más de dos meses. Cuando tuvieron la receta empezaron con una campaña de degustaciones a sus familiares y amigos. En una pequeña copa de plástico, le servían el licor.

Los emprendedores relatan que además de la opinión sobre el producto, ellos se fijaban en las reacciones de las personas. “Si lo saboreaban, quería decir que les gustó. Pero si hacían caras, entonces había que modificar la receta”.

En un café internet, Chávez hizo su primera etiqueta. Ella la diseñó, recortó y pegó en botellas de 200 mililitros (ml.).

Las primeras ventas las hicieron a los clientes de su antiguo negocio. Hace nueve años, ellos vendían chocolate caliente, en unos coches en el centro de Chone.

Vera recuerda con nostalgia esa época. Había días en los que solo vendía una o dos tazas del Chocolate de la abuela, como se llamaba su primer negocio.

La pareja había invertido USD 5 000, que reunieron de las liquidaciones luego de dejar sus empleos en el sector privado.

Ese dinero lo invirtieron en la compra de ollas y utensilios para cocina y de máquinas para tostar, moler y procesar el cacao, recolectado en la zona rural de Chone.

También elaboraron unos triciclos con almacenamiento para transportar el chocolate caliente. Había días en los que el producto se vendía y las ganancias eran de hasta USD 30. Pero había temporadas en las que solo vendían USD 1, 50 y no les alcanzaba para pagarle a los proveedores. “Los clientes me decían que el producto era rico. Pero que debía innovar”.

Ellos probaron con varios productos como helados y manjares de cacao, leche y café, pero no lograban obtener un producto con el que se sintieran satisfechos.

Hasta que en 2015 empezaron a hacer rompope para el consumo familiar y ahí nació la idea de este nuevo producto.

Cuando empezaban a posicionar este licor manabita, el terremoto del 16 de abril del 2016 afectó la planta y acabó con muchos negocios en los que ellos ya vendían el rompope de café y cacao.

Para impulsar a los emprendedores manabitas, varias entidades gubernamentales empezaron a instalar ferias y ruedas de negocios. “Esas ferias fueron importantes porque nos permitieron conocer a empresarios y obtener un poco de dinero para pagar deudas y empezar a producir”.
Desde la Prefectura de Manabí, les ayudaron a mejorar la presentación del envase, de la etiqueta y a obtener el registro sanitario.

Durante los últimos dos años, Carlos y Evelia han asistido a ferias en más de 15 provincias.
Eso les permitió ganar clientela en Cuenca. Loja, Guayaquil y otras. También en la cadena almacenes Tía y en gasolineras a escala nacional. Además, los pedidos también se receptan por las redes sociales. Cada mes, los emprendedores venden entre 1 500 y 2 000 botellas de los productos.

Cuando no tienen feria, los fines de semana arman una carpa en el centro histórico de Guayaquil. Ahí no solo exhiben su producto sino que también le cuentan al consumidor anécdotas sobre el emprendimiento.

Joaquín Zambrano es uno de los clientes de Tecao. Él señala que conoció el producto en las ferias hace un año. “El sabor es como el que hacían las abuelitas”.

Hoy en día, Tecao cuenta con cinco productos, el rompope de café y el de cacao, una pasta de chocolate y una edición de licor con sabor a café y a cacao.

Con los ahorros y un pedido de USD 5 000, que tuvieron para la Navidad del año anterior, lograron construir una nueva planta en el patio de su casa e invertir en nuevas máquinas. “Aún nos falta hacer una oficina de despacho, pero vamos poco a poco”.

En la planta trabajan a diario cuatro personas para producir 150 litros de rompope. Pero para fechas especiales como Día de la Madre o Navidad deben contratar por horas hasta a 10 personas más para cumplir con los pedidos.

De las ganancias de ventas- que sobrepasan las 1 000 botellas- y de las ferias, Carlos y Evelia han hecho una caja de ahorros para poder ayudar a los emprendedores manabitas a mejorar sus marcas o a patentar el producto. “Es una retribución a las ayudas que ha nosotros nos han brindado”.