Pedro Naula, propietario de la Talabartería Los Andes, confecciona monturas y zamarros para los vaqueros.

Pedro Naula, propietario de la Talabartería Los Andes, confecciona monturas y zamarros para los vaqueros. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES

Zamarros y monturas con pieles finas

29 de agosto de 2019 10:13

En el taller de talabartería Los Andes, de Pedro Naula, se fabrican monturas y zamarros que son utilizados por los vaqueros de las grandes haciendas de la Sierra Centro y de varias partes del país.

La calidad de sus trabajos ayudó a que más chagras o vaqueros de Quito, Ambato y otras ciudades lleguen para solicitar sus servicios. El local está ubicado en los alrededores de la Plaza Urbina, en el centro de Ambato. El año pasado logró ingresos por USD 16 000.

Naula aprendió esta profesión a los 14 años en la parroquia Licto, en Chimborazo. Sus maestros Gabriel Allauca y Enrique Vargas le capacitaron en esa rama artesanal. Luego migró a Riobamba para laborar con Pascual Conshala.

Con la idea de perfeccionar sus conocimientos viajó a Guayaquil a la fábrica de Gerardo Bonifaz,dedicado a la confección de carteras, correas cinturones, elaborados con piel de cocodrilo, que se exportaban a España, Alemania, Italia y otros países.

Con sus ahorros y los conocimientos decidió instalar su propio taller en Riobamba. Sin embargo, por pedido de uno de sus clientes se mudó a Ambato. En esta ciudad instaló un nuevo local con una inversión de 20 000 sucres. Con el dinero compró la materia prima y las máquinas para coser.

La durabilidad de sus trabajos hizo que él se convierta en uno de los más solicitados por los chagras o vaqueros de Machachi, Quero, y otras ciudades. Ellos llegan para comprarle sus diseños andinos.

En una mesa de madera prepara la materia prima, que es el cuero, que en ocasiones curte o compra en las curtiembres de Ambato. Naula explica que el 90% del trabajo es hecho a mano. Utiliza pieles de ganado vacuno, ovino, camélidos y chivos.

Para dar forma a los grabados de media luna utiliza una especie de cinceles pequeños donde están las figuras; en base a golpes con un martillo quedan impregnados en la baqueta (suela). Lamenta que existan pocos herreros dedicados a la elaboración de las argollas, cinchos que ayudan a sujetar los estribos. Ahora los compra en Colombia.

La estructura de una montura inicia con el fuste elaborado con madera, luego se cubre con un cuero crudo templado para que la estructura sea maciza y resistente para cuando el jinete que atrapa un toro lo amarre a la cabalgadura.

La elaboración de una montura puede tardar hasta tres semanas. Se requiere es de días soleados para domar la baqueta o suela, que está humedecida. El cosido, el pretal y las retrancas de la silla deben ser fuertes para cabalgar y para arrear al ganado.

Tobías Vargas es uno de los clientes. Cuenta que su padre trabajaba con Naula en la elaboración y reparación de las monturas. El ganadero ambateño explica que son de buena calidad, por eso no se ha cambiado de maestro talabartero . Los materiales y el trabajo hecho a mano hacen que resista la actividad más fuerte.