
En los últimos años, América Latina ha experimentado una revolución de pagos digitales. Según PYMNTS, cerca de 600 millones de latinoamericanos generan un PIB conjunto de casi 6 billones de dólares, impulsando la transición de una economía en gran parte basada en efectivo hacia métodos de pago digitales e instantáneos.
Un ejemplo es Brasil: su plataforma instantánea Pix ya es usada a diario por el 43% de la población, y el 95% de las interacciones bancarias de la región se realizan por canales digitales. En este escenario, Kushki ha surgido como la infraestructura regional de pagos que traduce esta tendencia en oportunidades de negocio.
Fundada por dos emprendedores ecuatorianos de visión global, Kushki ofrece APIs unificadas y conectores directos a redes de pago en toda América Latina, facilitando cobros en tiempo real y modernizando sistemas tradicionales.
Emprendedores ecuatorianos al frente de Kushki
Kushki fue impulsada desde sus orígenes por aromas ecuatorianos y con experiencia internacional. Sus cofundadores, Arón Schwarzkopf y Sebastián Castro, son emprendedores «seriales» nacidos en Ecuador que se conocieron estudiando y trabajando en Estados Unidos. Castro, por ejemplo, dejó una carrera corporativa tras titularse en el MIT en 2010 para lanzarse al emprendimiento con Schwarzkopf. Juntos crearon Leaf, una caja registradora móvil (mPOS) basada en Boston que vendieron a la empresa Heartland Payment Systems en 2014.
Con ese exit en su haber, en 2016 la dupla decidió aplicar lo aprendido en su región de origen. Como ellos mismos cuentan:
“Después de vender su primera empresa de pagos… decidieron usar lo aprendido y crear una moderna infraestructura de pagos al servicio de su región”
Así, en 2017 lanzaron formalmente Kushki, con la misión de “conectar América Latina a través de pagos”. El nombre Kushki, que significa “dinero” en kichwa –idioma indígena ecuatoriano–, refuerza ese vínculo con sus raíces nacionales. Desde Quito partieron a conquistar un mercado heterogéneo: LatAm carece de sistema único de medios de pago y presenta desafíos operativos y regulatorios por país. Los fundadores, orgullosos de ser «un emprendimiento tecnológico de Ecuador», se fijaron entonces la meta de estandarizar y simplificar pagos en la región.
De startup de pagos a unicornio latinoamericano
En pocos años Kushki escaló rápidamente. Sus rondas de inversión marcan los hitos del crecimiento: en 2020 cerró una Serie A de US$8 millones con fondos como DILA Capital, Kaszek Ventures, Clocktower y Magma Partners. En 2021 realizó una Serie B de US$86 millones (evaluada en US$600 millones) con un fondo global no revelado y el SoftBank Latin America Fund.
El ritmo siguió acelerado: en junio de 2022 anunció una extensión de esa Serie B por US$100 millones (Kaszek Ventures, Clocktower, SoftBank LAF, DILA, entre otros), lo que llevó su valuación por encima de US$1.000 millones. Con ello Kushki se convirtió oficialmente en el primer unicornio ecuatoriano
Hitos clave: Fundada en 2017 en Nueva York; serie A US$8M en 2020; serie B US$86M en 2021 (valuación US$600M); extensión B US$100M en 2022 (valuación >US$1B); adquisiciones: Qvo (Chile, 2019) y Billpocket (México, 2022); primer adquirente no bancario regional autorizado en varios países
Los cofundadores destacan que estos logros no han sido fortuitos, sino fruto de un fuerte equipo multicultural y de enfoque en producto. Schwarzkopf subraya el desafío de construir “una empresa latinoamericana” con colaboradores en 12 países. Y valora el talento regional: “Alcanzar este hito en tiempos de incertidumbre económica es evidencia de la calidad y resiliencia de todo nuestro equipo y del enorme talento latinoamericano que existe en la región”.
Para Kaszek Ventures, que lleva años invirtiendo en Kushki, el potencial apenas comienza. Hernán Kazah, socio fundador de Kaszek, opina: “Kushki acaba de empezar su misión de conectar LatAm con pagos digitales eficientes”.
Expansión regional y alianzas estratégicas
Más allá de Ecuador, Kushki hoy opera activamente en México, Colombia, Chile, Perú y Ecuador, y planea pronto ingresar a Brasil y Centroamérica. Su cartera de más de 500 clientes corporativos incluye gigantes como Rappi, Claro, Telefónica, SURA, Banco Santander y otros. Para cubrir cada mercado, Kushki estableció centros operativos locales en cada país, buscando un «enfoque de última milla» que unifique funciones técnicas y mejore las tasas de aceptación regionales.
Kushki también ha ampliado su alcance vía adquisiciones: en 2019 compró Qvo (un gateway chileno) y en 2022 adquirió la fintech mexicana Billpocket. Además, en octubre de 2022 lanzó Kushki Mundial, una división dirigida a proveedores de pagos internacionales. Como explica Sebastián Castro: “Kushki Mundial está dirigido a otros proveedores de pagos que operan fuera de Latinoamérica… Kushki se vuelve ahora un ‘one-stop shop’ para todo LatAm”.
En la práctica, esto permite a fintechs globales integrar la pasarela de Kushki para transacciones en México, Chile, Colombia, Ecuador, Perú y pronto otros mercados. Kamran Hedjri, CEO de PXP Financial (un proveedor de servicios de pagos globales), destaca en este contexto que “la tecnología de Kushki simplifica los pagos locales y transfronterizos, ayudando a las empresas a alcanzar más clientes y crecer”. Gracias a esta alianza, PXP integró la API de Kushki para lanzar servicios de adquirencia en México y planear lanzamientos en Perú, Colombia y Chile.
Infraestructura de pagos: más que una fintech
Kushki se reivindica ante todo como infraestructura de pagos regional –no una simple fintech de nicho–. Su modelo de negocio se basa en una plataforma tecnológica (APIs) que uniforma el ecosistema fragmentado de medios de pago en cada país. Por ejemplo, su API permite integrar pagos con tarjetas (débito/crédito), transferencias bancarias y redes de efectivo físico (con más de 300.000 puntos de pago en LatAm).
De esta manera, un comercio puede conectar una sola integración a Kushki y ofrecer múltiples métodos de cobro según el país. Kushki se encarga además de la relación con redes internacionales (Visa, Mastercard) y medios locales.
La propuesta de valor, es clara: la plataforma de Kushki “ayuda a las empresas de toda la región a reducir el costo y la complejidad de los pagos en línea al mismo tiempo que mejora las tasas de aceptación y reduce el fraude”. En la propia descripción de la empresa se lee que Kushki “conecta Latinoamérica a través de pagos” y brinda a las compañías herramientas para “reducir costos y complejidad, mejorando la aceptación y reduciendo el fraude”; además, como agregador, pasarela y adquirente no bancario regional, juega “un papel clave en el ecosistema de pagos”.
Esta visión se refleja en todos sus productos: desde pasarelas omnicanal (e-commerce, móviles, punto de venta) hasta códigos QR que permiten pagos en efectivo en miles de locales comerciales. En definitiva, Kushki actúa como la tubería tecnológica que conecta a empresas, gobiernos y consumidores con los sistemas de pago de la región.
Desafíos regulatorios y modernización bancaria
Una de las mayores barreras en la región ha sido precisamente la rigidez de los sistemas financieros locales, muchas veces monopolizados desde los años 90. Hasta hace poco, cada país latinoamericano imponía a comercios y procesadores la dependencia de uno o más adquirentes tradicionales controlados por bancos locales.
En palabras de los fundadores, «hasta hoy los comerciantes… dependían de adquirentes locales monopolistas». Para desafiar ese statu quo, Kushki emprendió un “enorme proyecto regulatorio”. Como cuenta Arón Schwarzkopf, “empezamos este proyecto en 2017… la cantidad de recursos y compromiso invertido en este enorme proyecto regulatorio de infraestructura es algo que no se había visto en Latinoamérica”
Tras años de trabajo conjunto con los reguladores, en 2023 Kushki se convirtió en el primer adquirente comercial no bancario aprobado para operar de forma regional. Esta licencia incluye membresía primaria con Visa y Mastercard en México, Chile, Perú y (vía alianzas) Colombia.
El resultado es que ahora cualquier negocio conectado a Kushki puede procesar pagos electrónicos en diversos países sin tener que negociar con cada adquirente local. Según Schwarzkopf, ello “hará que la innovación de pagos sea más accesible, brindando a los comercios mayor control sobre sus transacciones”
Hacia una región más conectada
La trayectoria de Kushki demuestra cómo un par de emprendedores ecuatorianos han logrado convertirse en actores clave de la infraestructura financiera regional. Con casi 750 empleados distribuidos en 12 países y más de 500 clientes corporativos, la empresa mantiene una cultura orientada al servicio y al desarrollo tecnológico local. Asimismo, sus inversores confían en que Kushki seguirá creciendo pese a retos macroeconómicos: “independientemente de cómo se mueva la inflación, la demanda de pagos digitales seguirá creciendo a un ritmo récord”, afirma Schwarzkopf.
En suma, Kushki es hoy más que una fintech tradicional: es la infraestructura regional de pagos. Al conectar comercios con sistemas bancarios modernos, alinear estándares API y derribar barreras regulatorias, está acelerando la inclusión financiera y digitalización de América Latina. Como concluye su equipo, la meta final es que la región sea un caso ejemplar donde “el mundo mire hacia LatAm” por su desarrollo tecnológico. Con esa visión, el “orgullo ecuatoriano” que inició en Quito busca dejar huella en el futuro del comercio electrónico y los servicios financieros de toda la región.