Vladimir Remache es el administrador del negocio La Casa del Sombrero, ubicado en el centro de Sto. Domingo. Foto: Juan Carlos Pérez para LÍDERES

Vladimir Remache es el administrador del negocio La Casa del Sombrero, ubicado en el centro de Sto. Domingo. Foto: Juan Carlos Pérez para LÍDERES

Este negocio equipa al jinete y al caballo

26 de septiembre de 2018 09:35

En 1990, era difícil obtener un sombrero de alta gama en Santo Domingo. Eso motivó a la familia Remache a instalar un pequeño local, con 1 500 sombreros de nailon conocidos como chaparral, traídos desde Colombia.

En la actualidad el negocio La Casa del Sombrero amplió su oferta de productos y venden botas, monturas, sombreros, camisas, correas, hebillas texanas, implementos de herrar, y accesorios para el jinete y el caballo.

Las más de 40 variedades de productos se distribuyen a escala nacional. La mayoría se elabora en una planta, en la parte trasera de la tienda.

Aunque el producto estrella sigue siendo el sombrero. Vladimir Remache, administrador de la Casa del Sombrero, recuerda que esa prenda era indispensable en 1992 para los ganaderos y montuvios de la región. El que mejor sombrero tuviera era el que mayor poder o jerarquía tenía.

Por eso, su padre Jorge Remache ideó un negocio que le ofreciera al cliente una variedad de sombreros y monturas para caballo.

La Casa del Sombrero ha logrado mantenerse en el mercado debido a la innovación. Sus dueños han personalizado los sombreros con las iniciales de los clientes al igual que las monturas para los caballos.

También se venden los sombreros de a cuerdo con el tamaño de la cabeza de los clientes. “El sombrero si no sabe llevarse puede ser un estorbo para el jinete”.

En la tienda -agrega- también se puede encontrar sombreros colombianos, peruanos y ecuatorianos, de varios materiales.

En el caso de las monturas se realizan en varios modelos y materiales. Todas son revestidas con cuero de vaca, que es tratado de forma especial para que el producto sea más duradero.
Eso las vuelve más atractivas para los jinetes. En la planta, cada semana al menos confeccionan unas cuatro monturas.

Estos productos tienen un precio desde USD 150 hasta USD 370. Aunque si se hacen bajo pedido y personalizadas pueden costar hasta USD 1 000. “Tenemos clientes que vienen de diversas partes del país”.

En la planta, se elaboran únicamente productos hechos con cuero. Para eso tienen proveedores a nivel nacional, especialmente en provincias de la Sierra como Loja.

Todos los productos como chaquetas y correas se realizan a mano para poder personalizarlas.
También tienen una línea especial para mujeres y niños. Son carteras elaboradas con cuero de distintos modelos y tamaños.

Para los niños también se pueden encontrar pequeños sombreros, gorras y ropa relacionada con el mundo equino y ganadero.

Otra línea en la que han incursionado estos emprendedores son los adornos para el hogar.
La época en la que más movimiento tiene la tienda es en las fiestas de cantonización de Santo Domingo, que también coinciden con las festividades de la Asociación de Ganaderos (Asogan).
La acogida se debe a que se realizan cabalgatas, concursos de ganado, exhibiciones de caballos de paso fino, conciertos...

Además, La Casa del Sombrero provee a las candidatas a reina de Asogan y realiza un sombrero especial para la reina elegida.

Juan Zambrano, gerente de Asogan, afirma que escogieron a este negocio por la calidad de los sombreros y la puntualidad para entregar los pedidos.

Para esa época, entre junio y julio, se venden unos USD 15 000. Mientras que en un mes normal las ventas llegan a USD 10 000.

Este negocio se creó en 1992, en un pequeño local en el centro de Santo Domingo. El primer producto fue el sombrero, pero poco a poco empezaron a tener variedad. Hace unos cinco años abrieron la planta donde trabajan con pieles de vaca y otros animales. Además de la atención en el local, también se realizan ventas a través de una página web y de las redes sociales.

Remache asegura que al menos han invertido unos USD 80 000 en maquinaria, productos y un nuevo local de dos pisos, ubicado al frente del negocio tradicional.